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— Yoonie, ¿puedo prepararte algo para almorzar? —habla luego de haberlo sacudido y logrado despertarlo.

— Claro. —sonríe con ternura.— Espera. —JungKook iba a levantarse de la cama, pero gira para volver a mirar a su novio, quien tallaba sus ojos para tratar de ahuyentar el sueño.— Voy a ponerte algo.

— Si. —permanece sentado en la cama, sin saber de qué hablaba.

YoonGi se levanta y camina hasta el ropero, en busca de la bolsa de la Sex Shop, para luego dejarla sobre la cama. JungKook comenzaba a sentirse nervioso por lo que sea que quería ponerle.

— No traes ropa interior, ¿verdad?

— N-no. —tenía puesto uno de sus lindos camisones, nunca usaba ropa interior con ellos.

— Bien, acércate. —JungKook lo miró asustado.— Ven, pequeño. —extendió sus brazos y sonrió suavemente. Kook gateó por la cama hasta quedar frente a su novio. YoonGi tomó su cintura y le hizo acostarse boca abajo, las mejillas del menor ardían en vergüenza.— En cuatro, bebé.

JungKook quiso negarse, pero la curiosidad era más fuerte, así que obedeció.

Apoyó sus codos y rodillas en la cama, YoonGi tomó el borde de su camisa para levantarla y dejar su trasero expuesto. Dirigió una de sus manos a la parte alta de su espalda para presionarla y hacerlo inclinar más sus brazos, dándole mejor vista de su entrada.

Metió su mano en la bolsa a su lado y buscó la linda colita de conejo que había comprado aquel día. Acarició la entrada del menor con el plug anal antes de comenzar a introducirlo.

JungKook se removió suevemente ante la repentina sensación, pero no cambió su posición.

— Listo, bebé. Levántate. —JungKook obedeció de inmediato y se puso de pie frente a él, acomodó la pequeña tela que cubría su trasero y quiso aprovechar para buscar qué le había hecho.

— ¿Qué es, YoonGi? —sentía la cosa en su trasero, pero no le encontraba forma.

— Una colita. —contestó emocionado mientras buscaba algo más en la bolsa.

— ¿Colita?

— De conejito. —sacó una diadema con orejitas de conejo y la acomodó en el cabello del menor.— ¡Listo! —JungKook lo miraba sin comprender el punto de eso.— Eres tan lindo. —lo abrazó con ternura, JungKook seguía confundido.— Ahora sí, ve a cocinar y enorgulléceme, pequeño. —besó su mejilla.— Te espero. —Kook salió de la habitación extrañado, pero bueno, no le negaría algo a YoonGi.

Bajó las escaleras hacia la cocina, caminar con esa cosa metida en su ano era raro, pero tampoco hasta el punto de querer quitárselo. YoonGi se lo había puesto, así que no iba a quitarlo.

— ¡Tae! —gritó llamando la atención de su amigo, quien estaba de pie frente al sofá.— ¡Tienes cola! —el menor se sonrojó ante ello, tenía únicamente puesta una de las camisas de SeokJin y una parte de la colita asomaba por debajo de ésta.

— Si, Jinie dijo q-que era lindo, él lo compró. —JungKook seguía viendo admirado la colita en el trasero de su amigo.— ¡Orejitas! —Kook levantó la mirada notando las orejitas de tigre en la cabeza de su amigo, y después dirigió ambas manos a las suyas.

— ¡Eres un tigrito! —se acercó para tocar las orejas, el mayor miró hacia abajo apenado.— Yo soy un conejito. —el rubio levantó su vista para observar las orejas de su amigo.

— ¿También tienes cola?

— Si. —levantó su camisa y se dió la vuelta para dejarle ver la adorable colita de conejo.

Are You Afraid? 윤국 YoonKook •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora