twenty nine

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— ¿Cómo estás, Tae? —pregunta en cuanto lo alcanza, acababa de despedirse de YoonGi y ahora quería saber si la tristeza de su mejor amigo ya había pasado.

— Oh, Kook, ¿no debería preguntar eso yo? —acaricia sus cabellos en cuanto lo ve, sonriendo tan brillantemente como es usual.

— ¿Por qué? —sonríe, le agradaba lo tierno que era Tae con él.

— Tienes ojeras, ¿dormiste bien? —oh, claro que no. Tuvo sexo con YoonGi y hablaron durante horas después para tratar de recuperar el sueño.

— Uh... Si.

— No sabes mentir, Kookie. —camina junto a él hacia su salón.— ¿Qué hicieron tú y YoonGi, pervertido?

— ¡Nada!¡Pervertido tú! —cubrió su rostro para ocultar su sonrojo. Tae rió.

Parecía que estaba mejor, se estaba comportando como siempre y no había señales de que hubiera vuelto a llorar, JungKook se sentía mejor al notar eso.

Cuando las clases terminaron, el par de chicos habían decidido ir al auto de Tae, en el estacionamiento, mientras YoonGi salía también.

— ¿Recuerdas lo que te dije de la fiesta? Que tenía que hablar de ello contigo. —dice recargado en su asiento y con los ojos cerrados, JungKook estaba acariciando su mano mientras hablaban.

— Si, ¿qué pasó?

— Bueno, no lo sé. No recuerdo nada además de haber llegado.

— ¿Enserio? Entonces, ¿cómo sabes del beso con YoonGi?

— Toda la universidad habla de eso, no era difícil que me enterara, aunque no recuerde haberlo visto.

— ¿Cuál es el problema? —trató de cambiar de tema.

— HoSeok ha estado muy pegado a mí, me envía mensajes todo el tiempo, podría jurar que cada vez que me abraza por detrás lo hace con dobles intenciones y además me invita a su casa. No quiero ir, Kook, quiero saber qué pasó.

— Ese día estabas demasiado...uh...cerca de él. —creía que quizá no era apropiado decirle exactamente a qué se refería con cerca.— Bueno, somos amigos, ustedes parecía que iban a follar ahí mismo frente a todos. ¿Eso sirve?

— ¿¡De verdad!? —abre los ojos y voltea a verlo para saber si solo estaba bromeando o lo decía enserio.

— Si, pero si hubieran follado ya te hubieras dado cuenta.

— ¿Cómo?

— Tu trasero dolería horrible en la mañana, ni siquiera se puede caminar bien.

— Si, eso creo. —se sentía más tranquilo al descartar que eso haya pasado.— Espera, ¿cómo lo sabes? —levanta sus cejas y el menor se sonroja.

— E-eso no importa. —toma su mochila del asiento trasero y la cuelga en sus hombros.— Ya salió YoonGi, tengo que irme, Tae. —avisa.

— Bien, nos vemos mañana. —se prepara para encender su auto y también irse.— ¿Pasa algo? —pregunta, pues el menor seguía en su asiento, mirándolo.

— ¿No vas a besarme?

— ¿Qué? —creía que eso había quedado olvidado, se sentía tan mal por hacerle eso a YoonGi, pero, ¿cómo negarse ante la oportunidad de besar al chico que le gusta?

Toda su vida había sido bueno, respetuoso y siempre pensaba en los demás, a pesar de que éstos solo le trataban con desprecio. El ser bueno era ser débil, siempre terminaría sufriendo.

¿Por qué no ser egoísta y pensar solo en él por una vez? Estaba harto de vivir siendo el que siempre pierde.

Se acercó a JungKook y lo besó. Se dejó llevar por lo mucho que aquello le gustaba, dejando de lado la voz de la razón en su cabeza, esa que le decía que estaba metiéndose con un chico que tiene novio.

Sus manos acariciaban los muslos del castañito, quien solo gemía en sus labios mientras le correspondía el beso. Por alguna razón, Tae le prendía demasiado.

Quizá era la fuerza que usaba en ello, el esfuerzo que ponía en el beso, pues sería algo inesperado de una persona que normalmente era adorable e infantil, hasta cierto punto.

Ambos estaban sumidos en la sensación deliciosa de sus lenguas chocando y sus labios siendo presionados por los del otro, el rico sabor de los labios de Tae le difilcutaban el separarse, pero no debía olvidar que YoonGi ya lo estaría esperando.

JungKook se alejó poco a poco luego de unos segundos, tomó las manos de su amigo y las quitó de sus piernas, mirando fijamente la forma en que él trataba de tomar aire. Tae había estado mucho más confiado ésta vez y eso le gustaba.

¿Qué diría YoonGi si se enterara que le gustaba besar a su amigo?

No quería saberlo. Prefería seguir haciéndolo a escondidas, le gustaba y era lo único importante, seguía sin poder sentirse culpable y justo ahora lo tomaba como una ventaja, pues podría seguir disfrutando de esos otros labios sin miedo.

Salió del auto de Tae y caminó hasta el auto de YoonGi, donde éste ya lo esperaba. Entra y se acomoda en el asiento del copiloto.

Tae lo miraba desde atrás, tratando de recordar la sensación de besar a JungKook, y es que por primera vez estaba disfrutando de algo que le gustara aunque fuese algo prohibido, por fin había logrado ignorar lo que es correcto y simplemente se había enfocado en su propio interés, había logrado ignorar a su conciencia.

No le importaba que JungKook tuviese novio si de todas formas ellos seguirían besándose de esa forma y, quizás, algún día llegar a más. No era malo ilusionarse, pues la posibilidad estaba ahí.

— Hola, Yoonie. —se acerca para besar sus labios cortamente, el mayor sonríe y comienza a conducir.

— Me encantan tus besos, bebé. Podría besarte todo el día.

— ¿Por qué no lo haces?

— ¿Quieres?

— Claro. —lame sus labios inconscientemente, sería asombroso, también amaba los besos de YoonGi y sería perfecto poder besarlo todo el tiempo.

No estaba dispuesto a perder a YoonGi, pero tampoco quería dejar de besar a Tae.

Si tan solo supiera que los labios que tanto le gustan están siendo mojados por la saliva de otro chico.

Are You Afraid? 윤국 YoonKook •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora