Capítulo 20 - Empeorando las cosas

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Mi primera semana del segundo semestre termina... fatal. La profesora de inglés nueva resulta ser una persona horrible con todos, no le importa si la mitad de la clase no entiende lo que ella dice, pues si al menos un chico entendió ella sigue y no se detiene.

En casa de Jyaden tampoco es muy divertido, toda la familia sale a cenar y me quedo a solas con el resto del personal que trabaja acá. Cuando llega la hora de irme, camino de regreso a casa, para ponerle la guinda a la torta encuentro a Papá revisando la nevera, por suerte compré cosas hace unos días.

—Hola —le saludo —¿Cómo estás?

—Bien —dice él con desinterés —Hunter necesito 30 dólares.

—¿Qué? ¿Para qué? —¿Por qué nunca aprendo? ¡No debería preguntarle nada!

—Qué te importa, necesito y ya.

—...Okay —digo agotado mentalmente, saco mi billetera de mi mochila, mi Padre mantiene la mirada puesta en mí y aquello me aterra ya que ni siquiera pestañea. Saco los que él quiere y se lo entrego —Ten.

—¿No podrías darme billetes menos arrugados? —¡Lo odio!

—Lo siento.

—No importa —dice él rodeando la mirada —De todos modos, no me esperes ¿Si? Regreso mañana en la noche.

—Cuídate —el digo con sinceridad. Mi Padre toma su chaqueta, guarda el dinero en su bolsillo del pantalón y sale de casa.

Respiro algo tranquilo cuando ya estoy solo en casa. Camino hacia el baño y me mojo un poco el rostro y el cabello. El reloj marca que son cerca de las 9:43 de la noche. Tomo la escoba y me pongo a limpiar toda la casa ya que no soporto el polvo que se junta en un par de días que no alcanzo a limpiar.

Una vez que estoy agotado pero tengo todo listo, pongo a hervir agua para beberme un café y así poder adelantar algo de la materia que la profesora de inglés está pasando en clases, si no estudio lo suficiente sé que mi vida será un caos este fin de año en época de exámenes.

Junto mis libretas en mi cama, pongo mi café en mi mesita de noche y al empezar a estudiar recibo una llamada de Jyaden. Tomo mi teléfono y le respondo. Presiono mis labios con una sonrisa cuando escucho su voz.

—Hey precioso, ¿Estás en mi casa aún?

—No —digo para luego darle un sorbo a mi café —Estoy en la mía.

—Mierda, llevaba algo para comer tú y yo.

—Lo siento —digo —Pero terminó mi turno y me vine caminando, no regresaste nunca.

—Lo sé, mis Papás no dejaban de hablar en la cena, ¿Hunter estás solo en casa?

—Pues mi Papá salió —digo algo confundido —Pero estoy estudiando —Jyaden cuelga la llamada y ni siquiera me responde a lo que le digo —¿Jyaden? —pregunto. Dejo mi teléfono donde estaba y regreso a estudiar.

Tomo mi destacador color celeste y marco cosas que creo entender. Apoyo mi espalda en la pared de mi cuarto, susurro un par de canciones que solo suenan en mi mente hasta que me quedo en blanco al escuchar que alguien golpea la puerta de casa.

—Ay no —susurro. Rodeo la mirada mientras me pongo de pie, abro la puerta de entrada y Jyaden entra como si fuera el dueño y amo de mi propio hogar —¿Qué estás haciendo en mi casa?

Debo SalvarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora