Capítulo 1: Debes esforzarte aún más.

21.3K 1.5K 313
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Miro mis zapatos negros y veo que otra vez tengo sueltos los nudos, dejo mi libreta a un lado, ubico entre mis dientes la lapicera color azul y luego que termino de reforzarme las agujetas, vuelvo a trabajar y a entregar las órdenes pendientes

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Miro mis zapatos negros y veo que otra vez tengo sueltos los nudos, dejo mi libreta a un lado, ubico entre mis dientes la lapicera color azul y luego que termino de reforzarme las agujetas, vuelvo a trabajar y a entregar las órdenes pendientes.

—Cafetería Stephan, buenas tardes ¿Qué le gustaría ordenar?

—Quiero un café sin azúcar y un emparedado de queso.

—¿Alguna otra cosa?

—No, nada más.

—Muchas gracias, en cinco minutos le tengo su orden —Memorizo lo que el cliente me pide y luego espero en la cocina a que todo esté listo. Hago aquello tantas veces durante el día que pierdo completamente la cuenta.

El sol poco a poco se va escondiendo, y yo finalizo mi jornada laboral en la cafetería, mientras busco mi bolso para poder irme a casa, el dueño del lugar nos hace reunirnos a todos los empleados de último momento y nos dice una muy mala noticia.

—... Si sus nombres no están en la lista pegada en la puerta de la cocina, lamento decirles que sus sueldos serán depositados en sus respectivas cuentas bancarias pero luego de eso no vamos a necesitar más de vuestros servicios —Todos los que me rodean se miran unos con los otros de forma preocupada —Ustedes saben que desde que el cocinero renunció, muchos clientes dejaron de venir, así que... es necesaria esta medida —Algunos asienten a lo que mi jefe de 37 años dice, luego el baja la mirada y camina a encerrarse en su oficina.

Todos en la cafetería nos acercamos a la famosa lista, veo perfectamente que mi nombre no está en ningún lugar. Me muerdo mi labio inferior con algo de tristeza, rodeo mi mirada y comienzo a salir en silencio de la cafetería.

La chica que va caminando delante de mí, lanza el periódico del día de hoy al basurero que está junto a la puerta, yo lo ignoro pero luego me doy cuenta de que aquel periódico puede servirme mucho.

Lo tomo, lo guardo y luego camino con un poco de velocidad hacia mi casa. Respiro profundamente mientras mis ojos rodean el montón de casas abandonadas junto a la mía. Ingreso la llave de mi hogar en la puerta y entro a casa. El reloj marca las 9:21 de la noche.

Debo SalvarteWhere stories live. Discover now