Capítulo 32

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«Cuando te vi por primera vez, te hice un mixtape

no sabía que tú harías la misma maldita cosa»


El primer día de clases del último semestre, algunas personas de la escuela que estuvieron en el recital de poemas me felicitaron y de hecho, me preguntaron si los publicaba en algún sitio, y yo les mentí diciéndoles que no, que mis poemas eran sólo para mí y no los publicaba. No quise darles el acceso a mi perfil anónimo de Wattpad precisamente porque iba a dejar de ser anónimo, y el anonimato era lo único que me daba la seguridad de poder publicar sin miedo a ser juzgado. Gerard no estaba de acuerdo con eso, de hecho, cuando este pequeño grupo de personas se me acercó en el colegio para preguntar si publicaba "mis obras", Gerard estuvo acompañándome, mostrando su descontento con sus expresiones faciales al momento en que me negué a compartir mi poesía con los demás. 

— ¿Por qué haces eso? — Insistió al salir de la escuela, a partir de ese día, se haría costumbre que él me llevara a casa. 

— ¿Hacer qué? — Esa pregunta había salido de la nada, nosotros estábamos muy a gusto escuchando música y él de la nada dijo aquello. 

— ¿Por qué dijiste en la escuela que no publicas tus poemas si no es cierto? 

— Porque no quiero que nadie lea mis mierdas, ya pasé mucha vergüenza el día que Lindsey leyó uno de ellos. 

— ¿Pero por qué? Si todos amaron ese poema. 

— Y no entiendo por qué. 

— Será... ¿Porque escribes hermoso? — Me miró por un momento, arqueando su ceja. 

— Pues yo no creo que sea así. 

— Deberías quererte más, Frank. Me gustaría que pudieras verte como te vemos todos los que te amamos. 

Otra cosa que me gustaba de él era su cualidad para generalizar en el buen sentido. Él nunca decía "me gustaría que pudieras verte como yo te veo", pues estaba consciente de que él no era el único que pensaba que yo era asombroso; también lo hacían mis amigos y varias personas a quienes les daba la oportunidad de conocerme más a fondo, así que por eso Gerard no hablaba de un "yo", sino de un "nosotros". Él no quería que yo mejorara como persona por él, es decir, sí, en parte, pero sólo en parte. Gerard quería que mejorara por él, por mis demás seres queridos y más importante, por mí, pues el único que no podía ver las cosas buenas en Frank Iero, era precisamente Frank Iero. 

«Cuando te dije adiós todo quedó en silencio,

porque no quería sentir nada de dolor»


— Odio cuando te haces menos a ti mismo. — Agregó. — Odio que te creas insignificante o indigno de la felicidad, quiero que sepas que te mereces las cosas buenas que ya tienes y más que eso, porque eres una persona extraordinaria. Quiérete más, Frank. 

— ¿Y cómo se supone que haga eso? 

— Podrías empezar creyéndote los cumplidos que te hacen, deja de creer que las personas te dicen que eres bueno en algo sólo por educación o qué sé yo, si te lo dicen, es porque de verdad lo eres. Créeme, si fueras un asco escribiendo, nadie tendría miedo a decirte: «Frank, tus poemas apestan». Incluso yo mismo te lo habría dicho. Así que la próxima vez que alguien te diga que eres excelente escribiendo, créetelo y no le des muchas vueltas, responde con un simple "gracias" ¿Entiendes? 

— Sí señor. — Bufé. Justo estábamos llegando a mi casa. — ¿Algún otro sermón antes de despedirnos, Way?

— No. — Cuando estacionó el auto, se quitó el cinturón de seguridad para poder inclinarse a besarme con más comodidad. — Sólo espero que de verdad lo analices y lo entiendas. 

Path(po)etic; FrerardWhere stories live. Discover now