Capítulo 4

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«¿Puedo preguntarte algo?».

Maldije mucho a Gerard; mucho, mucho, mucho. No saben cuánto. 

No diría que era un maldito tonto, pero sí un maldito inconsciente. Yo siempre he sufrido de ansiedad, y a una persona ansiosa hay que tratarla con tacto, hay ciertas cosas que no se pueden decir, como; "cálmate", "tenemos que hablar", "lo sabrás luego", y claro, destaca  el estúpido: "¿Puedo preguntarte algo?", que se presta para muchas interpretaciones. 

Se podrán imaginar el gran lío que me hice por su culpa, pensando: "¿Qué habré hecho mal?", "¿Será que se enojó porque no lo besé?", o peor... "¿Será que se dio cuenta de que me gusta?". 

Esa última pregunta fue la peor que se me pudo ocurrir, porque esa fue a la que más le di vueltas y di por definitiva. Me daba pánico pensar en eso; en que se dio cuenta de que a mí me llamaba la atención y me lo preguntó para que cuando yo le dijera que sí, él pudiera rechazarme. 

Así que ya había comenzado a plantearme mis posibles respuestas a ese "¿Frank, yo te gusto?" que seguramente él me preguntaría. De camino a la escuela convine en decirle algo como: "No me gustas, lo siento si te di la imagen equivocada ¿Todo bien?". Y ya; lo resolvería todo. 

Estaba esperando llegar a la escuela para decírselo en persona, aunque era más sencillo resolverlo por chat, pues, de esa manera él no iba a poder ver mis expresiones faciales al ponerme tan nervioso. Maldito Gerard inconsciente por provocarme un nudo en el estómago que a duras penas me permitió desayunar esa mañana. Maldito Gerard inconsciente que... No sabía que yo era ansioso y cuya intención nunca fue que reaccionara como lo hice. 

Cuando llegué a la escuela, me llevé la sorpresa de que Andy y Gerard habían faltado, estaba seguro de que se habían quedado dormidos o simplemente decidieron no faltar a clases y quedarse toda la mañana haciendo desmadre con Mikey. Por lo tanto, en la escuela sólo éramos Patrick, Lindsey, Frances y yo. 

Lindsey nos preguntó qué tal la fiesta de Mikey, Patrick no tuvo nada qué decir, al parecer, estaba incluso más molesto de lo que estaba por la noche, así que no podía ni imaginarme lo que estaba pasando. 

— Todo bien. — Alegué con un encogimiento de hombros. — Estábamos allí... Bebiendo... Jodiendo... Lo usual. No te perdiste de mucho. 

— ¿Y Gerard? Se veía hermoso ¿Verdad? 

— Normal. — Me encogí de hombros nuevamente. — Ni me fijé.

— ¿Cómo no te vas a fijar, Frank? ¡Si Gerard es perfecto! — Se rió. 

Traté de reírme con ella y me salió una especie de risa culposa y nerviosa. Esa pregunta es asesina por donde quiera que la mires; si le digo que no, se va a sentir ofendida porque creerá que pienso que Gerard es feo, pero si le digo que sí, me va a declarar la guerra porque inmediatamente creerá que a mí me gusta él. Por donde lo mire, estoy jodido. 

Cuando llegué a mi casa por la tarde, me digné a contestarle a Gerard por el chat en vista de que no nos pudimos ver en persona.


Gerard Way: ¿Puedo preguntarte algo?

Frank Iero: Claro, Pregunta


Quise actuar lo más casual posible, como si ese mensaje no me hubiese provocado un ataque, como si no me estuviera muriendo de la ansiedad esperando su respuesta, la cual llegó como veinte minutos después. Me puse tan nervioso que ni siquiera quise abrir el mensaje, tenía miedo de lo que pudiera encontrarme. 

Path(po)etic; FrerardOn viuen les histories. Descobreix ara