32. La primera Nevada

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Anna:

Voy a terminar pagando horas extras a la niñera.

Es muy tarde cuando por fin abandonamos el Spa. Si, lo "abandonamos" juntos. El personal de seguridad es quién se encargará de revisar que todo quede limpio y que el personal de aseo se retire sin mayor percance. Yo estoy molida.

Y aunque trató de controlarme, Tom no me deja. Su sonrisa dulce está de fijo en su rostro y me lleva de la mano, entrelazando nuestros dedos y acariciando mi mano con el pulgar. Llevo mi abrigo sobre los hombros y él mi bolsa en su mano libre. Y aunque hace un frío terrible, yo siento el dulce calor que él me provoca, circulando por todo mi cuerpo.

Aunque no se queda conmigo (obviamente), si me lleva hasta el apartamento de Michael.

Y aunque sé que éste último no está en casa, no dejo que Tom suba conmigo o baje del carro siquiera. Eso se llama prudencia y sensatez.

Si, quiero perdonar, quiero estar con él no voy a hacerme del rogar cuando yo sé que lo adoro. Es que... ¡ES TOM HIDDLESTON!, el hombre es jodidamente dulce y adorable cuando se lo propone. Y cuando no, también.

Es una semana algo extraña, ya me cansé de las mudanzas.

Lo bueno es que hay cosas que no desempaqué y así se van.

Michael me ayuda de nuevo, no dijo mucho. Y creo que ahora lo quiero más, ha entendido todo tan bien y me apoya sin dudar...

-Me siento una mierda.- Cuando hemos terminado y los hombres de la mudanza han embalado todo y cargando el camión, puedo hablar con él. Leo y María están jugando Mario Kart en una vieja consola de Michael en su habitación.

-No tienes por qué, no es obligatorio corresponder a nadie y me conformó con ser tu amigo, con tu cariño y con que tú seas feliz, nena.-

Cuando por fin nos vamos, él nos despide desde la ventana y los niños agitan sus manitas desde la camioneta.

Recogí la camioneta ayer, terminó siendo una Land Rover blanca por consejo de Tom y (aunque aún no lo pueda creer) consentimiento de Daniel. Si, resulta que en la videollamada anterior a la compra, estaba en la oficina cuando Tom llegó por nosotros, y entró la llamada de Daniel y terminé haciéndola de intermediario en las ideas de ambos...
Y claro, al final perdí toda autoridad cuando entre ellos mismos acordaron pagar una parte cada uno.

Hice mi rabieta y los dejé terminar solos de ponerse de acuerdo sobre mi vida.

-Anna, cariño, por favor.- Su voz trata de convencerme y tengo que hacer acopio de toda mi fuerza por que sigue teniendo el mismo efecto en mi de aflojarme los calzones hasta hacerlos rollito en mis tobillos.

-No. No quiero saber nada.- Estoy en medio de mi berrinche y no quiero escuchar nada que tenga que ver con su muy civilizado trato con mi ex.

-Amor...-

Diablos. Ahí si no puedo negarme. Ha comenzado a llamarme así y creo que es mi nueva debilidad. Tengo que mirarlo a los ojos y sé que no hay nada que no haría por él, con él y para él.

-Es por tú bien y el de los niños. No es tan grande como otras, es mucho más manejable para ti...-

-O sea que soy tonta.-

-No hagas trampa, tú dijiste que no te gustan enormes por que sientes que pierdes el control.-

-Si, si, ya...- Ruedo los ojos y él se acerca más a mi. Estamos en el sofá de recepción, puedo ver a los chicos brincando en el jardín del Spa desde aquí.

Never let me go. FINALIZADA (Tom Hiddleston Fanfic)Where stories live. Discover now