13. Strong enough.

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"Soy suficientemente fuerte para soportar cualquier cosa".

Anna se repetía aquello durante la mañana.

Pero ya no estaba tan segura.

A media noche las suaves caricias de Tom le habían despertado, recorría su espalda desnuda con los dedos y le besaba los hombros.

Cuando el británico había despertado para ir al baño a media noche, al retornar había visto a la chica recostada en la cama: sus cabellos largos y orcuros, rizados en las puntas, se arremolinaban sobre la almohada, contra su espalda, contrastando con su piel trigueña. La mitad de la espalda estaba apenas cubierta por las sábanas, los hombros descubiertos y sus piernas también.

Demasiada tentación.

Lo suave de su piel le encantaba y el delicado aroma a verano, a playa, a mar y frescura. Suponía que era su perfume por que el pañuelo que guardaba en su mochila, aquel que olvidara en la camioneta una semana antes, olía exactamente igual.

Sus dedos se deleitaron en dibujarla entera. Siendo honestos, había tenido mujeres extraordinariamente bellas en su cama, pero ella se le hacía preciosa. Sus piernas eran delgadas y largas, no tenía un exceso de curvas ni las más marcadas, pero eran tan naturales y perfectas en sus manos. Necesitaba tenerla de nuevo. Escucharla gemir su nombre, con ése acento que se le hacía exótico y sensual. Toda ella, tan diferente, sus movimientos serpenteantes, ondulantes, que exudaban sensualidad, lo tenían mareado.

Con solo pensarlo, recordarlo, ya estaba duro de nuevo. Y Luke le había recordado que tenía que irse el Lunes, debía aprovechar.

Le recorrió desde la pantorrilla, con besos húmedos y pequeñas mordidas que subieron por detrás de las rodillas y los muslos hasta el mullido trasero que mordió sin pudor.

La chica se removió un poco pero él no cesó en su tarea, en su objetivo. El calor y la presión en su entrepierna aumentaba exponencialmente... Y aún más cuando enterró el rostro en medio de ésas piernas y aspiró el excitante aroma a sexo. Aquello hizo palpitar su hombría que pugnaba por enterrarse en aquel lugar que ahora recorría con la lengua en un afán de prepararla. Sintió a Anna estremecer, conforme continuaba degustando de los suaves pliegues de su intimidad la humedad aumentaba, hasta el unto en que no quiso esperar más y se irguió sobre sus rodillas para enterrarse en ella de un solo movimiento, mismo que la despertó.

-Good Lord! Anna!... You're so tight...- La voz ronca de Thomas junto al envión de placer que le despertaron le confirmaron que no era un sueño húmedo, si no toda una realidad, y aferrándose con fuera a las sábanas emitió un suave ronroneo que lo invitó a continuar.

Terminaron de la única manera imaginable. Si, así.


A la mañana ambos estaban enrollados en las extremidades del otro, hasta que Anna saltó de la cama. Graciosamente, Thomas seguía durmiendo.

Corrió hasta el vestidor y tomó su ropa para entrar al baño de inmediato y darse una ducha.

Aún sentía en sus labios cada beso, cada mordida. Su cuerpo impregnado de su olor, de sus caricias. El raspar de la barba que amenazaba con salir rozar contra sus hombros, su nuca... el sonido de ésa voz que endulzaba al oído, gruñendo, suspirando... Gimoteando al llegar al orgasmo.
"Oh baby, i'm comming!"

Sólo recordarlo la hacía sonreír como idiota.

Ahora sentía cierta vergüenza, bueno no, no mucha, pero en definitiva no había arrepentimiento. Se lavó lo más rápido que pudo y salió de la ducha para secarse y vestirse. Lavó sus dientes y por fin regresó a la habitación. Thomas seguía durmiendo, tan apuesto y perfecto como siempre. Amarró su cabello y salió de ahí como pudo.

Never let me go. FINALIZADA (Tom Hiddleston Fanfic)Where stories live. Discover now