— Debemos irnos ahora... —Anunció. Yo asentí con la cabeza y me apresuré a pasar por su lado para salir. Noté que Nam Joon le dijo algo pero no fui capaz de escucharlo.

Un par de minutos después Yoon Gi me alcanzó en la puerta del apartamento. Me encontraba sentada en el escalonan de la entrada cambiando mis zapatos mientras que él esperaba por mí con la mano sobre la cerradura metálica. Aun no me había dicho a donde iríamos ni mucho menos porque necesitaba un abrigo de más. 

Caminamos juntos hasta la salida del edificio en silencio, y me sorprendió no ver el auto en el que los chicos se transportaban. Por un segundo pensé que Yoon Gi conduciría el de Jin pero rápidamente esa idea desapareció de mi cabeza cuando lo vi avanzar por la calle.

— ¿No vienes? —Preguntó en voz baja al notar que no lo seguía. Rápidamente corrí hasta alcanzarlo. Era frustrante caminar en silencio, pero aproveché el momento para observarlo. Su cabello iba cubierto por un gorro azul de lana, incluso llevaba un cubre bocas negro, el enorme abrigo y pantalones anchos... ¿Debía decir el color? Era fácil de adivinar.

— Dijiste que debíamos ir con el staff a algún lado... —Comencé diciendo, él solo asintió con la cabeza— ¿Tomaremos el bus? —Volvió a asentir— ¿Estás bien con eso? No es que te gusten mucho las multitudes ni estar rodeado de la gente... No debe gustarte ni que te toquen.

— Parece que has preguntado mucho por mí. — ¡Me descubrió! — Si, tomaremos el bus. Llegaremos más rápido a la agencia, no tardaremos mucho ahí ya que saldremos con el staff, eso ya lo sabes. —Dijo. No entendía por qué sus palabras eran tan limitantes.

— ¿Vas a decirme a dónde vamos? —Esta vez traté de que mis palabras sonaran más suaves.

— A la playa. —Dijo sin más, dejándome en blanco. Debía estar mintiendo.

La parada de buses estaba vacía cuando llegamos. Solo habían sido un par de calles y a mí ya me faltaba la respiración. A pesar que Yoon Gi llevaba puesto un cubre bocas sabía que estaba sonriendo, se estaba burlando de mí.

El bus llegó y nosotros subimos. Al menos tuvo la delicadeza de pagar por mí, ya era mucho pedir. Yoon Gi ocupó uno de los asientos vacíos y yo tomé el que estaba en la fila contraria. De pronto mis ojos se encontraron con los suyos, me miraba perplejo, incluso escandalizado. Hizo un gesto para que me sentara a su lado y yo claramente me negué haciendo que el chico pusiera los ojos en blanco. Al menos, era divertido ver que él también podía sentirse frustrado.

— ¿Qué estás haciendo? ¡Ven aquí! —Susurró haciendo que riera.

— ¿Por qué? No quiero...

— ¡Ya! —Levantó la voz llamando la atención de los otros pasajeros. — Que vengas aquí... —Yo volví a reír y esta vez accedí. Me levanté de mi asiento para tomar el que estaba vacío a su lado. Sentí como su cuerpo rápidamente se relajó, era tan difícil interpretar sus acciones.

— ¿Ibas a dejar que algún extraño se sentara a mi lado? ¿Y si me descubren? ¿Qué ibas a hacer? Seguro no saldríamos de aquí en un buen rato... ¿No ves que estoy de incognito? —Susurró.

— Que paranoico... —Solté entre risas. — ¿Acaso no soy una extraña también?

— Lo eres. Pero al menos no te me arrojaras encima, aunque debería dudarlo, tienes tendencias a ser pervertida. No se me olvida que me viste usando solo una toalla... —Dijo avergonzado.

— ¡Eso fue tu culpa! —Me escandalicé levantando la voz. Rápidamente Yoon Gi puso una de sus manos sobre mi boca para callarme. Ambos miramos alrededor, y solo un par de chicas nos miraban con curiosidad, tal vez se preguntaban si realmente era Suga de BTS.

Somos una mentira | Min Yoon GiWhere stories live. Discover now