— Es una mala idea. No quiero tener a alguien molestándome con preguntas tontas mientras estoy trabajando. No soy un niño al que le tengan que recordar que debe comer. —Repuso el rapero. Se veía molesto, su ceño fruncido lo decía todo.

— Ahora mismo te estás comportando como un niño, Yoon Gi. —Intervino Nam Joon — Realmente nos asustaste, estábamos preocupado... Si una asistente se necesita para que estés saludable... Pues, yo estoy de acuerdo.

— Yoon Gi Hyung... Solo será por un tiempo. —Dijo Jungkook— Piénsalo.

— He dicho que no. —Gruñó Yoon Gi cruzándose de brazos.

Su semblante era serio, de hecho... Llevaba un tiempo actuando de esta manera y ninguno de los miembros entendía que era lo que le estaba pasando. De verdad todos se estaban preocupando por su actitud y sus cambios de humor... ¿Qué le estaba sucediendo a Yoon Gi?

Yo era completamente lo opuesto a lo adecuado 

El invierno había llegado y consigo una oleada de frío en la ciudad hacía que me quedara en casa cubierta por abrigos, mantas e incluso un par de bufandas. ¿Cuántos días habían pasado desde que había visto la luz del sol? Ya había perdido la cuenta... Mi cabello castaño convertido en un nido de pájaros era testigo de eso.

Las cortinas oscuras impedían que la luz ingresara en mi pequeño apartamento, y por decir pequeño... literalmente era pequeño. Mi cama, mi escritorio y la improvisada cocina, todo estaba en un mismo cubículo... A eso se le conocía como apartamento de estudiante, si... Después de haber conseguido que me despidieran tuve que mudarme a uno de esos ya que no podía seguir pagando el alquiler de mi antiguo hogar. ¡Todo era un desastre! Y yo no hacía mucho para cambiarlo.

Mudarme a Seúl hacía dos años consideraba que era una de las mejores decisiones que había tomado en mi vida, pero todo tiene sus pros y sus contras. En el tiempo en que tuve un trabajo estable, todo podía considerarse perfecto... Hasta que un día, todo cambió. Fui una desempleada más en la lista de espera. Todos decían que aún era demasiado joven y que pronto conseguiría una oportunidad adecuada a mí, pero claramente... No era así.

En ese momento, al igual que yo, mi apartamento era un desastre. Las cortinas oscuras impedían que la luz iluminará la estancia. Así me sentía mejor, era mi perfecto escenario para mirar dramas. Estaba en mi momento de paz... Hasta que un par de golpes en la puerta hicieron que pausara el capítulo que estaba viendo en mi computadora. Honestamente, me quedé muy quieta para no hacer ningún ruido, tal vez así el visitante se iría pensando que no estaba... Pero al escuchar el sonido de la clave desactivándose en la cerradura de la puerta solté todo el aire que había contenido. La única persona aparte de mí que sabía la clave era... Kim Ha Neul, mi amiga.

La delgada chica soltó un grito cuando me vio, espantándome. Y la entendía, yo estaba bajo un bulto de sabanas sobre la cama, con la luz de la pantalla iluminando mi rostro ojeroso.

— ¡Oye! ¿Qué ocurre contigo? ¿Sabes cuantas veces te llamé? Tuve que venir hasta... —Entonces ella hizo una mueca de desagrado — Abril... ¿Qué huele tan mal? —Yo contuve las ganas de reír.

— ¡No soy yo, lo juro! Ya me bañe... Es el Ramen que comí ayer, olvidé lavar los platos. —Traté de justificarme. Ella me miró perpleja. — Unnie... —Intenté usar mi voz dulce pero ella solo se cruzó de brazos, molesta. La chica se apresuró a correr las cortinas y abrir las ventanas.

— ¿Cómo puedes vivir así? Entiendo que estés deprimida pero no puedes quedarte aquí todo el tiempo. —Me reprendió mientras yo cubría mi rostro por la luz— Tienes 22 años... Puedes conseguir el empleo que quieras, eres joven... Solo te estas echando a perder.

Somos una mentira | Min Yoon GiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora