Capítulo 23

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PARK

No pude conciliar el sueño durante toda la noche, mis pensamientos fueron invadidos por ella.

¿Cómo lo había logrado? No lo sé, pero se sentía asombrosa esa adrenalina al arriesgarse en el amor.
Violet se había ido por dos semanas, su ausencia en Londres era un martirio para mí.

Era la primera vez que me sentía tonto e inseguro. La había invitado a una cita, ¡una cita por el amor de Dios! Su respuesta fue una simple sonrisa y un balbuceo que hizo que su rostro quedara colorado.

De tan solo pensarlo una y otra vez, no pude dejar de sonreír.

Un viernes por la noche mi padre me dio la noticia de que viajaríamos a Dublín por una reunión de trabajo, eso significaba que pasaríamos Noche Buena y Navidad lejos de casa y mis amigos. Estaba en desacuerdo. Me negaba a pasarla encerrado en una oficina, sin embargo, no tenía opción ante la decisión de mi padre.

Cuando cumplas veintiuno sabrás tomar tus propias decisiones. Eres el heredero de la empresa, hijo. Tarde o temprano estarás ocupando mi lugar.

Lo escuché decir, lo miré, estaba sentado junto a la ventana viendo las nubes, Adelai..., mi madre, tomó una siesta el resto del viaje. Aparentaba estar feliz cuando hablaba de asuntos empresariales, por mucho que me gustaran los números no quería pensar en eso.

Por otro lado, había ocurrido algo interesante en la relación madrastra e hijo, pensé mucho en el mal trato que tenía con ella y recapacité. Ella era una madre adorable y se esforzaba demasiado para aceptarla y de alguna manera lo logró.

La Noche Buena la pasamos en un banquete lleno de personas con trajes elegantes compartiendo sus ideas financieras, yo me encontraba en un rincón sentado en una mesa vacía desperdiciando un traje de gala.
Definitivamente no era mi ambiente, la música clásica estaba a punto de hacerme dormir y los chicos de mi edad se portaban como una mierda, no podían dejar a un lado las cosas materiales y sus viajes internacionales. ¿Así me veía Violet?

Red
¡Felices fiestas hermano! Espero que no te estés pasando de copas ahogando tus penas amorosas. :) no me extrañe s:*

Park
Ja, ja, muy gracioso. Sé que soy difícil de abandonar tus pensamientos las veinticuatro horas. Y no estoy ingiriendo alcohol.

Red fue quien me salvó del aburrimiento mandándome textos toda la noche.

—¿Por qué no estás ahí dentro, Park? —La voz dulce de mi madre ocasionó que reaccionara y guardara el celular en el bolsillo. Lucía hermosa con ese vestido azul elegante y llena de pedrería brillosa.

—Siento que no es mi ambiente. Preferiría pasar la Navidad en casa tomando chocolate y vistiendo ropa de dormir. —Ella se rio y pasó una mano sobre mi cabello.

—A veces pienso lo mismo. Tu padre se ve muy feliz, solamente me disgusta el hecho de que pase todo el tiempo encerrado en su oficina y llegue tarde a casa, siento que ya no es lo mismo como cuando nos casamos.

Yo también pienso lo mismo.

Siento mucho por no haber pasado la Navidad con... los abuelos, mamá.

Ella volvió a sonreír.

—Me siento orgullosa cuando me llamas mamá, creí que no era de tu agrado. —Mi sonrisa vaciló por unos segundos y me encogí de hombros.

—Solo un poco. Me dolía al principio, ya que antes éramos mi padre y yo contra el mundo. Al final acepté mi error de hacerle a un lado y recapacité. Usted hace un buen trabajo siendo mi mamá y me siento afortunado de tenerla.

Me moría de la vergüenza por mi revelación tan cursi. La abracé con fuerzas y me contuve las ganas de llorar como un niño pequeño.

Durante mi infancia me hizo falta una imagen materna, que me cuidara cuando no podía dormir, que me leyera y cantara en mis días tristes y estuviera ahí en mis logros, fue duro esos días donde veía a mis compañeros en el festival del día de las madres.

Al paso del tiempo ya no me sentía tan mal y comencé a ver las cosas buenas que tenía la vida. Por dentro seguía siendo un niño inseguro y miedoso.

...

Navidad había sido un poco más divertido, mientras mi padre estaba en sus reuniones, mi madre y yo aprovechamos para ir al cine y enseñarle a patinar.

Gritaba de desesperación cuando avanzábamos cada dos pasos sobre el hielo y me ordenaba que no me quitara la bufanda o el saco aun si tuviese calor.

—Ya que estamos aquí compartiendo un momento madre e hijo es hora de que hablemos de algo que me ha estado intrigado.

Asentí. Nos sentamos en una banca después de patinar.

—¿Y de qué quiere hablar?

—Son de dos cosas. Número uno, es sobre los tatuajes que tienes —tragué saliva y me reí nervioso— ¿Tu padre sabe algo? ¿Por qué lo hiciste jovencito?

Justificar mis locuras era complicado.

Arqueó una ceja esperando mi respuesta.

—Yo... Uhm, me declaro culpable —alcé las manos a la altura de mi pecho.

Estaba castigado.

—Prométeme que ya no lo harás, es peligroso, si pudiera hacer algo para quitártelos lo haría, pero los métodos los desconozco. Y número dos, ¿tienes una relación con la chica que siempre va a casa? Es muy guapa y amigable.

Eso no me lo esperaba.

—Eh...

—¡Te gusta! ¡Estás enamorado! —Aplaudió dando saltitos en su lugar—. Aguarda, eso quiere decir que debo darte la charla para evitar que...

—¡No! No, no, no. Me sé todo eso, no es necesario, mamá. Sí, me gusta y mucho.

—¡Oh por Dios! Mi bebé está enamorado. —Mi rostro estaba ardiendo ante tal declaración, las personas nos miraban curiosos cuando pasaban cerca de nosotros. —Espero estar haciendo un buen papel de mamá, no quiero avergonzarte, pero estoy feliz, es una parte muy emocionante de la adolescencia. Tendrás ciertos días en que te sientas indeciso y perdido en las marañas sentimentales. ¿Y qué vas a hacer?

—La invité a una cita. Cuando regrese de México saldremos, estoy nervioso. Soy propenso arruinarlo.

Arrugó la nariz negando.

—Eres un chico muy dulce y decidido hijo. Yo creo que ella ve eso de ti, los chicos como tú están en peligro de extinción y saber que mi hijo es todo un caballero es fenomenal.

Su emoción por ser una gran madre no tenía límites.

Regresar a Londres fue un alivio. Faltaba una semana para regresar a la escuela y ver de nuevo a Violet.

El universo en tu miradaWhere stories live. Discover now