Capítulo 16

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Había llegado a una loca teoría acerca de lo que me estaba pasando. Tal vez era vergonzoso, pero algún día tenía que salir a la luz de día.

Park era una estrella fugaz que encendía mi mundo y habiendo tantas estrellas en toda la galaxia, terminé fijándome en él.

¿Me has entendido?

Sí, exacto.

Me terminé enamorando de Park Winston y un choque Big Ban se produjo dentro de mí. Oh santos cielos, me había pegado una extraña enfermedad de otro planeta, era una sensación extraña dentro de mí que no podía ser controlada. Debía de ser muy discreta y aprender a no ilusionarse con falsas esperanzas. ¿Por qué el amor duele?

Las personas dicen que enamorarse es normal. ¡Para mí parecía una invasión intergaláctica al corazón!

Y vaya que daba miedo.

Volviendo a la realidad, Aspen recibió una muy divertida —y merecida venganza —, colocando dentro de su casillero una bomba de pintura para cabello permanente en color rosa y púrpura.

¡Fue épico al momento en que lo abrió! Por supuesto, Park y yo salimos ilesos de ser pillados. Por otro lado, el ritmo había cambiado bastante, pocas veces lo veía a la hora del receso. Sus entrenamientos cada vez se tornaron más estrictos y rigurosos por las tardes.

El ejercicio era mi enemigo y Rowan se dio cuenta a la hora de correr en la pista de atletismo a la hora de educación física.

Let's go Violet!

—Ya no puedo, ya no puedo —me dejé caer en el pasto e ignoré el silbato del profesor. Me tiré boca arriba cerrando los ojos por unos segundos, quería que mis músculos se relajaran.

We only had to run a round.

La escuché hablar a mi lado.

—Una vuelta me ha matado Rowan, nunca podré estabilizar una linda amistad con el deporte.

Eres muy graciosa. —Extendió una mano y la tomé para levantarme.

Tenía un poco más de comprensión al inglés tanto como para escucharlo que hablarlo.

En el transcurso de las clases, seguí atenta a cada instrucción de los profesores, las tareas seguían siendo una tortura. Había llegado a desvelarme hasta las tres y media de la mañana para poder pasar mis exámenes con buenas notas.

Solté un suspiro con desánimo al mismo tiempo que sacaba mis respectivos libros del casillero, mis piernas flanqueaban cada segundo que caminaba a consecuencia del ejercicio, antes de poder cerrar mi casillero, ahogué un grito de sorpresa cuando Park apareció de la nada, él se rio al ver mi reacción y cerré mi casillero con rapidez.

—¡Maldición! ¡Me has dado un susto!

—Lo siento mucho, no creí que te asustara mi presencia. —Se rascó la nuca, su uniforme lo hacía ver más elegante, de hecho, lo era, era un inglés con demasiado estilo— ¿Tienes algo que hacer esta tarde?

Le lancé una mirada de "no estés de broma".

—Vale, fue una estúpida mi pregunta.

—Tal vez, estás hablando con una asocial que no sale de casa.

—No eres una asocial por no salir de casa, fiestas o lo que sea. ¿Cuál es el problema? ¿Te refieres a ti misma como asocial? Violet, déjame decirte que estás equivocada.

¿Qué?

—Eres estupenda no lo olvides, de tantas estrellas en el cielo tú eres una de las que destaca más por su resplandor. —¡Oh Dios mío!

Me había dejado sin palabras. De verdad no sabía cómo contestar a aquello. ¿Fue un cumplido?

Park no dejaba de sonreír, era una sonrisa sincera y tan... tierna. Tan tierna que por su culpa me había enamorado y mi planeta se desmoronaba.

¡Los pies en la Tierra Violet!

—¡Venga ya! No me dejes así —realizó un puchero con los labios mientras intentaba hacer ojitos tristes.

Di la media vuelta tratando de huir para no caer más esa galaxia desconocida, sin embargo, él decidió seguir mi paso mientras tarareaba una canción irreconocible ante mis oídos y esquivábamos al mar de estudiantes en dirección a la biblioteca.

—¿Qué no tienes clases? —pregunté.

—¿Tan rápido quieres deshacerte de mí? Que discreta eres —le miré con cara pocos amigos y él negó con la cabeza mientras fingía indignación— déjame decirte que ser del equipo de natación me beneficia en algunos casos.

—Eso está mal.

—Lo sé, pero en serio no quisieras estar en mi siguiente clase, mi profesor de filosofía está entrando a la tercera edad y no nos beneficia bastante cuando comienza a dormirse a media clase o cuando nos cuenta acerca de su vida y sus gatos. No, no quiero estar ahí —dijo cambiando su expresión a una de espanto como si se lo estuviera imaginando.

—¿Y prefieres abandonar a Red en esa clase? —Abrió la boca con un gesto de asombro— no te lo perdonará.

Park alzó una ceja de manera divertida lanzándome la respuesta más obvia y formé una o con los labios al entender su mensaje. Ahora entendía cuando Red no estaba con Park, seguro estaría convenciéndose así mismo para hablar con Rowan sin ser interrumpidos.

—Rowan va a invitarlo al baile.

—¿En serio? Red también estaba pensando en eso mismo —nos quedamos un momento en silencio mientras nos deteníamos justo a un lado de las puertas la biblioteca y reímos— amo a ese par, no sé cómo logré sobrevivir estos años a su lado, para ser sincero nunca se pasó por mi cabeza que ellos terminarían juntos.

Bien, una alarma volvió a activarse dentro de mi cabeza y decidí entrar a la silenciosa biblioteca mientras él me pisaba los talones.

—¿Y tienes pareja para ese baile?

—Nop —respondí mientras le regalaba una sonrisa a la bibliotecaria y me registré—, ni siquiera he visto mi disfraz, aunque disfrazarse de calabaza no suena tan mal —murmuré a modo de broma.

—Tienes que estar jugando —susurró— yo seré un Cazador de sombras, claro, uno sexi.

No respondí ante su tono a modo de coqueteo y preferí concentrarme en la búsqueda de un buen libro que me llamara la atención mientras esperaba a que el módulo libre finalizara. Haber terminado mi examen de primero fue satisfactorio, me había esforzado bastante poniendo de mi empeño en cada uno de los exámenes.

—¿Sabes? Conozco a varios chicos que estarían dispuestos a...

—Park, sé directo, ¿quieres que te invite a ese baile?

—Oh, creí que no era obvio.

—Eres un fastidio —negué con la cabeza. Leí el título de varios libros y seguí, ya que no me convencían, además Park servía de ayuda para leer las sinopsis—, por un segundo creí que ya tenías muchas pretendientes. —Él negó con la cabeza indicándome que no sería un buen libro y lo devolvió al estante.

—A veces soy difícil de convencer, no soy tan fácil, eh —rodé los ojos—, pero por esta ocasión puedo ser flexible dándote la oportunidad.

—Que halagador, Park, lo pensaré.

—No te tardes mucho —cogió el primer libro que le llamó la atención para luego empezarlo a leerlo en voz alta.

Chicos. Pensé.

El universo en tu miradaWhere stories live. Discover now