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POV DIMITRI.

Rasguñaba para poder salir, sabía perfectamente qué Dalia había creado un campo de fuerza apara protegerme, pero el miedo que le sucediera algo hacia que tratara de salir ella se encontraba solas con todos los vampiros del clan malo, temía que le pasara algo porque sé que jamás me lo perdonaría.

Observe a Iñaki se encontraba muy herido se que se compondría pero tardaría en sanar sus huesos rotos, todos los vampiros s y mi manada se encontraban confundidos no sabían lo que estaba sucediendo.

El cielo se nubló, empezaron a escucharse truenos acompañados de relámpagos empezó a llover fuertemente.

Fue entonces que me di cuenta que quedaban menos de la mitad de los vampiros malos, de un momento a otro el campo de fuerza se rompió.

Observe confundido el campo de fuerza no se pudo romper al menos que lo haga mi Dalia o que ella se encuentre... débil.

Trague duro al solo pensarlo.

Se creó un fuerte viento haciendo que las hojas caídas volaran, los truenos empezaron a caer fuertemente. Y los relámpagos se escuchaban demasiado.

Las raizes de los árboles se desprendieron como si los árboles tomaran vida más bien si la tomaron, mataron cada uno de los vampiros que quedaban.

Busque con la vista a mi Dalia hasta que la encontré.

Mi respiración se aceleró corría velozmente hacia ella, arranque la cabeza de los dos vampiros que la sostenían.

Su cuerpo cayó al piso, me transformé en humano la sostuve en mis brazos, su rostro se encontraba pálido sangre deslizaba por su estómago, sonrió débilmente y me miro a los ojos. Observe sorprendido el color de sus ojos tenían una mezcla entre verdes y rojos estos brillaban intensamente.

—Mi cielo te amo tanto, siempre estarás en mi corazón pase lo que pase debes ser fuerte, prométemelo—su voz era débil.

—No digas es...

—Prométemelo Dimitri necesito que lo hagas—tocio, una línea de sangre deslizaba de sus labios.

—Lo prometo, pero no me dejes por favor—no soportaba la idea de perderla, mis ojos ardían demasiado.

Dalia despegó la vista de mi, hizo movimientos con sus manos haciendo un hechizo, su color era verde brillante, cuando terminó se creó un precioso diamante.

—Necesito que se lo des a Dave lo mas posible, no importa lo que pase tienes que entregárselo —tartamudeaba con la poca respiración que le quedaba.



POV Dalia.

No me quedaba mucha vida lo sentía en mi cuerpo debilitado.
Me dolía demasiado dejarlos pero era la única solución, lo último que recordaría sería el tacto de la lluvia caer en mi piel junto a los brazos de Dimitri.

Dedique mi mirada a iñaki que no tardo en llegar a nosotros ya transformado en humano, podía notar esa mirada de miedo y dolor en sus ojos, estaba sorprendido no sabia que hacer y eso lo mata a por dentro.

Brandal y Sav miraban desde lejos con los ojos llenos de lágrimas.

Por última vez dedique mi mirada al único hombre de mi vida, me dolía verlo así tan roto, sus ojos se encontraban muy rojos de tanto llorar, y aunque estava perdida en mis pensamientos, podía leer sus labios diciendome lo mucho que me ama y que no lo deje, lleve mis manos hacia su cabellera acariciandola hasta tocar su rostro y darle caricias igual.

—Mirame, nací para esto y yo lo sabía, aunque las cosas no terminan como siempre queremos tenemos que afrontarlas, se fuerte como siempre lo has sido, este no es el fin hay mucho por delante aunque ya mi precencia no venga incluida, prometeme que podrás con esto y mucho más, nunca olvides lo mucho que te amo y que así será por siempre, mi alma viene incluida a la tuya. —ya no podia hablar mucho.

Cree otro campo de fuerza aun sabiendo que no me quedaba mucho tiempo, logré incendiar todo lo que no abarcaba el campo logrando quemar a todos los vampiros malos.

—Te amo Dimitri —fueron mis últimas palabras.








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La lluvia empezaba hacerse más fuerte dejando en cenizas todos esos cuerpos calcinados, el campo de fuerza se había roto todos sabían que es lo que significaba, lamentablemente nuestra ninfa del bosque había muerto, había sido una guerrera porque después de todo murió peliando por su gente.

Se podía escuchar tan fuerte los gritos de dolor de aquel hombre que la amaba con todo su ser, la abrazaba con fuerza y lloraba en su pecho rogando que todo fuera tan solo un sueño. Su hermano intentaba ayudarlo pero nada le quitaría el dolor que sentía en esos momentos.

Fue así como tardo mucho tiempo abrazando su cuerpo ya inerte, llorando sobre su pecho de aquella joven guerrera.

Cargo su cuerpo y lo llevó a su lado todo el tiempo recorriendo bosque hasta llegar al palacio donde ya todos lo esperaban con las miradas vacías perdidas en el suelo con la pena de mirarlo a los ojos sin saber que decirle.

Fue en ese momento que el cuerpo de la joven ya puesto en una cama, llegaban sus hermanos llorando sobre ella, gritos de dolor de escuchaban por partes de sus dos amigas, todos caían al suelo de dolor sin creer lo que habia sucedido.

Cada uno decía unas palabras llenas de amor hacia ella, lo que les hacía llorar cada vez más.

Llegaba el turno de sus abuelos, que al igual que todos se encontraban con mucho dolor.

Observaban su cuerpo más palido de lo normal, sus ojos cerrados como si estuviese durmiendo, un ruido sobresalto alertando a todos, enormes ramas rompieron las paredes colocándose en el cuerpo de Dalia protegiendola seguido después brotaron enormes flores en ella, en su rostro se encendió una marca que no sabían que significaba.

Fue entonces cuando Dimitri recapacito y recordó su palabras de ella. Tenía que darle a Dave el diamante creador por ella misma.

Con una palmada en su hombro logró tener su atención, se abrazaron llenos de agonía y de sufrimiento, compartieron unas palabras y le entregó el diamante, Dave lo sostuvo y al instante está se abrió convirtiéndose en polvo que frotaba sobre el, parte del polvo voló hacia Eathen que no entendia, se impregnó en ambos haciendo que nadie pudiera mirar que es lo que sucedía, caundo el polvo desaparecio todos miraban sorprendidos ante lo que veían..

—No puede ser—solo lograron articular esa frase.....

Híbrida Where stories live. Discover now