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LIVIA☝🏻

Despierto por el frío que empieza a ver, que raro en este pueblo siempre hay sol y mucho calor. Me levanto de la cama y voy hacia la ventana, al abrir la persiana me doy cuenta que Las nubes están completamente nubladas todo se encuentra oscuro, un trueno hace que brinque del susto, para luego escuchar como las pequeñas gotas caían en la ventana, estaba empezando a llover y muy fuerte.

Después de lo que sucedió ayer, vine a la casa de mi abuela. Estuvo toda la noche consolándome hasta quedar dormida aunque no pude dormir mucho. Por ratos me levantaba. Podía sentir el dolor de Dimitri aunque este lejos de mi. Sé que no puedo estar enojada con el. Tenemos que arreglar nuestros problemas.

Bajo las escaleras, al entrar al comedor veo a mis abuelos sentados.

—Te estamos esperando, siéntate—me señala un lugar vacío.

Me siento y mi abuela me sirve,  tostadas y jugo. 

Al terminar de desayunar me fue a sentar en un sillón grande. Mis manos agarraban mis rodillas mientras recostaba mi cabeza en ellas. Veía hacia la ventana, el agua cayendo los truenos y los relámpagos. Nunca había sucedido algo así en San Rivero. Algo  raro está pasando.

—Mi niña—volteo a ver a mi abue.

—Que sucede—pregunte.

—Necesitas regresar—sugiere.

—Lo se pero no sé qué haré cuando llegue—suspire.

—Eres fuerte Dalia, sabrás que es lo que tienes que hacer arreglar las cosas como cualquier persona—sonríe.

—Está bien—suspiro—donde está mi abuelo—pregunte.

—Sigue en el comedor—contesta.

Me levanto del sillón, voy hacia al comedor. Ahí se encontraba mi abuelo leyendo un libro. Me acerco a él.

—Me voy abuelo—lo abrazo.

—Está bien mi niña, si algo te hace no dudes en pensar que iré y lo mataré, no dejaré que vuelvas a derramar lágrimas—exclama enojado.

—Todo estará bien—le doy un beso en su mejilla.

Salgo del comedor. Veo a mi abuela viéndome.

—Me tengo que ir—susurró.

La abrazo y le doy un beso.

—Cuídate—habla.

Una duda entra en mi cabeza. Recuerdo la última vez que me moje por completo con.....Dimitri al solo pensar en el me pongo triste.

—Abuela como es que la lluvia no me convierte en sirena—preguntó confusa.

—Tu parte sirena solo aparece cuando te impregnas en un agua grande. Como el mar, ríos y lagos—contesta.

Ahora ya entiendo todo.

—Además la marca de tu muñeca te indica cuando tu parte sirena saldrá a flote—explica—es hora que te vayas todos están preocupados por ti, más tus hermanos y Dimitri. Llega a tiempo y detendrás una tragedia—suspira frustrada—ten—me da un paraguas ya que sigue lloviendo fuerte. Lo agarro.

Espero y en verdad que no me caiga un maldito rayo. Por lo que he leído en libros. La punta que traen las paraguas atraen a los rayos.

Lo abrí rogando que no me caiga un rayo. Empecé a caminar primero entre por el bosque. Todo estaba mojado. Los pajaritos se encontraban escondidos par no mojarse, todo se escuchaba silencioso. Solo se podía escuchar el ruido de la lluvia al caer al piso.

Híbrida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora