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Nunca creí que Iñaki tomara enserio lo de "Mañana a primera hora todos estarán ya listos". 

Con la hueva más grande del mundo. Me levante de la cama. Que raro que Dimitri no está a mi lado. Entre al al baño me doy una ducha corta, me pongo lo primero que encuentro. Al terminar de alistarme bajo las escaleras, todos se encontraban ya listos.

—Hora de irnos—grite.

Salimos del palacio pero éramos en total 6 así que nos dividiríamos en dos autos yo me fui con las chicas y pues ya sabrán los chicos juntos. Ellos emprendieron camino antes. Después nosotras ya que tendríamos que ir siguiéndolos. Ya que no sabíamos dónde quedaba. 

Pasamos por todo el pequeño pueblo hasta salir de el. Todo el camino fue bosque y tierra. Hasta que después de 1 hora el auto de los chicos se detuvo en medio de un bosque. Estacionamos el auto y bajamos. Caminamos hacia ellos.

—No se separen, cada uno ira con su pareja. Este bosque es peligroso, así qué hay que tener cuidado—sugiere Iñaki.

Dimitri me agarro de la mano y caminamos pasando el bosque. Todo era árboles húmedos. Íbamos tan bien pero algo nos detuvo. Una vos sonó en mi cabeza.

<<Váyanse  y no saldrán lastimados>>

Todos paramos al instante.

—Ustedes igual escucharon la voz–pregunte.

Todos asintieron con la cabeza.

Un enorme árbol se abalanzó sobre nosotros. Logre parar el árbol creando un campo de fuerza. ¡VAYA ESTO SE ME ESTÁ HACIENDO COSTUMBRE! Pensé.

La tierra empezó a temblar. Se partió en dos haciéndonos separar, Sáhara, Iñaki e Irina. Se encontraban del otro lado, mientras Dimitri Eathen y yo del otro. Las piedras se elevaron, salieron disparadas hacia nosotros. Gracias al campo no logró lastimarnos.

—¡YA BASTA!—grite. Eleve mis manos aventando las piedras del lado contrario.

Los árboles volvieron a su normalidad, el suelo dejó de temblar y las piedras ya no volvieron a elevarse. Una luz destellante salió del bosque. Al verla bien era una hermosa mujer vestida con un vestido largo blanco.

—Quién eres—preguntó viéndome.

—Me llamo Dalia y te pido que nos dejes entrar al bosque—me posicione frente a ella.

—No puedo, soy la cuidadora del bosque—habló.

—Soy la ninfa del bosque—aclare. No quería hacer esto pero necesito ir hacia las sirenas y saber la dirección donde se encuentra mi hermano.

—Imposible—susurra—muéstrame tú marca—pide.

La verdad no sabia cuál de las dos marcas. Preferí mostrarle la de mi hombro. Con mi mano destape dejando a ver mi marca de nacimiento.

—Perdóneme ninfa, no volverá a suceder—inclina su cabeza hacia mí.

—No te preocupes, debemos pasar..

Ella asintió con la cabeza. Con sus manos volvió a juntar la tierra que nos separaba. Me despedí de ella y continuamos caminando hasta llegar al río. Pero esta vez sin interrupciones.

Wow el río era realmente hermoso todo el agua se veía clara muy impresionante.

Nos subimos a una canoa y empezamos a remar hasta llegar al centro del agua.

—Ahora que hacemos—pregunte.

—Hay que esperar a que salgan—contestó Iñaki.

Híbrida Where stories live. Discover now