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Y aquí estaba terminando de arreglarme para ir al colegio de nuevo.

Baje las escaleras ya lista. Ahí estaban las chicas ya listas.

—Vamos—grite.

Me despedí con un pequeño beso de Dimitri.

Caminaba con Sáhara ya que Irina y Eathen estaban ocupados besándose.

—Tu has de saber lo que me pasó—hable.

—Correcto Dalia, pero prometí a mi abuela no decir nada, por lo que se ella también sabe lo de una profecía–aclara.

Suspiré harta. Escuchar tanto la palabra profecía me daba dolor de cabeza.

Llegamos al colegio entramos las tres juntas. Caminamos los pasillos hasta llegar a la clase de filosofía.

Las clases transcurrieron tocaba el almuerzo. Así que estaba caminando hacia la cafetería al llegar compramos nuestra comida.

Pasamos por todos los chicos del colegio. Mi cabeza comemos a doler más, por un momento me marie.

<<El están guapo>>.

<<Hay que envidia>>.

<<Son unas perras>>.

<<Quien como ellas novias de tres chicos sexis.>>

<<Como me gustaría follarme a Natalie>>.

<<Tengo mucha hambre.>>

<<No sé qué hacer.>>

Ho no puede ser, quede sorprendida con todo lo que podía escuchar. Podía oír los pensamientos de los demás. Un fuerte ruido me saca de mis pensamientos. Una chica castaña se encontraba tirada con su bandeja de comida.

—Perdón pequeña—habló Irina.

La ayudo a levantarse.

<<Que fácil son tan confiadas->>

Ese pensamiento provenía de la chica. Me la quedé viendo sería.  Sintió mi mirada y me dedico una sonrisa hipócrita. La cual se la regrese.

—Vámonos—hable.

Y como si la suerte me odiara. Las chicas como perdón de tirarle su comida la invitaron a sentarse con nosotras. Todo el tiempo me la quedé viendo raro. Algo en ella no me daba confianza.

—Dalia—gritó alguien voltea ver a Sáhara que me hacía señas.

—Que sucede—pregunte.

—Estás de acuerdo—preguntó Sáhara.

Sin saber de qué hablaban solo asentí con la cabeza.

Al terminar el almuerzo las chicas se despidieron de la chica que al parecer se llamaba Mine yo solo la despedí con una leve sonrisa.

Las clases se pasaron bastantes lentas, pero por fin acabaron todas. Estaba caminando con las chicas al palacio.

Al llegar entramos, me aventé a Dimitri.

—Si que me extrañaste—sonrió. 

—Más de lo que tú crees—dije.

Híbrida Where stories live. Discover now