29

132 12 0
                                    

—¡Dalia despierta!—sentí que me tiraron algo.

—Hey—me queje.

Abrí mis ojos y me encontré con las chicas.

—Es hora de buscar—habló Irina.

—Ok espérenme—

Entre al baño. Lave mi cara parecía un maldito zombie. Al terminar salí del baño.

—Cuanto dormí—pregunte.

Ellas me voltearon a ver sorprendidas.

—Dalia ayer apenas tocaste la cama. Quedaste dormida. Si no te despertábamos créeme que tú no lo arias—se burlaron—Y son las 10 de la mañana.

O no puede ser dormí casi todo un día. Merezco un Oscar por la más dormilona. Que cosas pienso.

—Vamos hay que pasar por los chicos–aclare.

No podíamos irnos sin ellos.

—Ellos ya están abajo esperándonos–aclaro Sáhara.

Bajamos por el elevador hasta llegar al primer piso. Salimos del hotel encontrándome con los chicos ya listos.

—Suban—apuntaron el auto.

Nos subimos, a Dimitri le tocaba manejar así que yo iba de copiloto y los demás atrás.

—A dónde nos dirigimos—preguntó.

—Shixtem peir—hable.

Puso la dirección en el GPS y emprendió el camino. Wow todo aquí era realmente hermoso y más las playas que habían. Muchas personas habitaban y era muy cómodo, siempre viví con la mentira de creer que soy humana, aquí habitaban demasiados humanos, podía sentir sus olores a personas normales libres de ser criaturas mágicas, lo cual era gracioso porque  pasábamos a lado de ellos y no lograban percatarse que nosotros no éramos simples mortales como ellos, claro toda criatura mitológica es inmortal llegamos a una cierta edad en la cual ya no crecemos asta envejecer, vivimos para siempre. Volviendo al tema de los humanos, lograba envidiarles en cierta forma, los observo jugando en las playas, sonriendo de felicidad con sus familias, por un momento la mía paso por mi cabeza, sonreí nostálgica.

Frente a mi se encontraba una casa de dos pisos pintada de color negro, todo era oscuro, no había pasto o flores todo era muy vacío. Algo en esa casa daba mala espina.

—Y ahora qué hacemos—pregunte.

—Hay que entrar—dijo obvio Irina.

Estábamos por entrar pero Sáhara nos detiene.

—No se puede. La casa está hechizada por una magia difícil de quitar, si entramos lo más seguro es que no duremos más de 3 minutos vivos–aclara.

—Como la quitamos—preguntó Irina.

—Es una magia muy difícil de conjurar, lo más probable es que lo haya hecho una bruja con muchos años de experiencia—informa–pero tú lo puedes romper tu magia es más poderosa que la de ahí—volteo a verme y apunto la casa.

—Está bien, lo haré—dije decidida.

—No es fácil Dalí, primero tienes que entrenar—sugiere.

Bufé enojada. A unos metros de encontrar a Dave y ahora por un maldito hechizo no podré.

—Vámonos—mi voz sonaba triste.

Subimos al auto. En todo el camino estuve callada no tenía ganas de hablar. Tenía tanta frustración en mi. Estaba a unos segundos de ver a Dave y por un hechizo no lo logre.

Híbrida Where stories live. Discover now