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Estaba caminando por todo el lugar recorriendo todo el palacio buscando a Eathen, pase por cada rincón pero no lo encontré ¡Geniel tendré que hacer esto yo sola!

Abandone el palacio y empece a caminar hacia mi ex casa, al llegar entre miles de recuerdos pasaban por mi cabeza, mis padres, jamás volveré a verlos, jamás volveré a ver sus sonrisas plantadas en sus rostros que siempre me dedicaban, sus besos, sus abrazos, su compañía, todo de ellos extraño.

Camine hacia mi cuarto al entrar, saque una maleta donde empece a meter todas las cosas que necesito al terminar me dirijo al cuarto de mis padres.

Su cama acomodada como siempre, mi padre siempre fue una persona que le gustaba tener todo en orden, todo su cuarto estaba impregnado del perfume que mama siempre usaba, ese que tanto amaba oler mi padre.

Recuerdo que cuando era pequeña, siempre que tenía una pesadilla fea, me despertaba y entraba al cuarto de mis padres. Ellos me decían que todo iba estar, que solo fue un mal sueño, me metía en su cama y ellos me abrazaban haciéndome sentir protegida.

Son uno de los muchos recuerdos que tengo de ellos. Una lagrima traicionera cayó por mi rostro hasta caer a mis labios. Pude sentir el sabor salado de esta, con mi mano seque todo tipo de lágrima que empezaba a salir.

Busqué en su tocador hasta encontrar lo que estaba buscando, dinero lo necesito para ayudar a toda esa gente, comenzaré con lo principal darles lago de que comer, de seguro no han comido en días.

Camine pero tropecé con un libro tirado en el piso, trate de agarrarme del estante que estaba arriba pero solo logre que todos los libros cayeran encima de mi, con mi mano toque mi cabeza dando pequeños masajes para quitar el dolor, me levante, mi pie aplastó un enorme libro se veía muy bonito, era dorado brillaba demasiado sin saber de qué se trababa lo agarre y lo metí en mi maleta.

Salí de mi casa dando un gran suspiro con mi maleta en mano. Ahora solo faltaba la fase 2, camine al centro del pueblo, para comprar algunas cosas, toda la gente que pasaba se me quedaba viendo, ya sé que es raro ver a alguien con una maleta paseando por todo el lugar.

Al terminar mi compra que era, pan, fruta, cereal y jugo, camine hacia el palacio.

Enserio que era muy difícil caminar con una maleta y todavía con tus compras. Al entrar no había nadie a así que aproveche el momento. Subí las escaleras entrando a la habitación. Deje mi maleta y volví a bajar las escaleras. Deje el cereal en la alacena escondiéndolos para que nadie los viera.

Salí del palacio con una bolsa de pan y 2 botellas de jugo con unos vasos.

Baje el pasadizo no sin antes ver que no había moros en la costa. Me acerque a la primera celda.

-     SHI SHIS SHI—balbuce para que volteara.

Una hermosa mujer volteo a verme con miedo.

-     Tranquila no te haré daño—susurre.

Poco a poco se acerco a mi sin tocar los barrotes de la celda.

-     Ten, necesitas comer—le di dos rebanas de pan y un vaso de jugo. Ella lo miró dudosa—No te haré daño, confía en mi—susurre.

Ella lo acepto y empezó a comer. Iba a irme pero su voz me detuvo.

-     Gracias—susurró.

Híbrida Where stories live. Discover now