–Si quería estar solo, ¿por qué está aquí enfrente charlando muy a gusto?–soltó Eddie con cara de espanto señalando la acera de enfrente.
Lo más doloroso de todo no fue ver a Stan con otra chica, lo más doloroso era que no me sorprendía en lo absoluto.
–¿quieres... que le parta la cara? Es mi mejor amigo, pero podría hacer una excepción por hoy.–soltó el de gafas a lo que negué.
–Esta bien, supongo que es algo que iba a pasar tarde o temprano.–sacudí levememete la cabeza–. Chicos... debo irme, nos vemos luego.–
Ignorando las llamadas de mis amigos, subí a mi bicicleta y volví a mi casa. Realmente no sabía qué carajos pasaba conmigo, acababa de ver a mi novio con otra y simplemente no me importó, es más, creo que era el incentivo faltante para que pueda terminar con esto de una vez por todas.
°•°
Me encontraba ordenando algunas cosas en la sala, cuando el timbre de la casa sonó.
–Hola.–un Stan nervioso apareció al abrir la puerta.
–Hola.–lo miré de la forma más seca posible–. ¿Qué quieres?–
El de rulos suspiró pesadamente.
–Sé que tú y los perdedores me vieron hoy y... quiero que sepas que no fue nada.–su voz comenzaba a temblar–. No sé porqué lo hice y lo s-
–Por favor, Stan.–lo interrumpí levantando la mano–. No digas que lo sientes cuando esta más que claro que no lo haces.–suspiré cansada–. Eso que hiciste allí fue una mierda pero me hizo dar cuenta de lo mal que estamos. Se terminó, Stan.–pretendí cerrar la puerta, pero la volví a abrir, haciendo que una sonrisa se dibujara en el rostro de Stan–. Ah, casi lo olvido. Gracias por haberme engañado, de verdad, un gran presente.–solté con sarcasmo cerrando la puerta en su cara.
Stan el galán, vete a la mierda.
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💔
Richie: *el de gafas y tú caminaban por la acera, discutiendo por doceava vez en la semana sobre las inadecuadas miradas del chico hacia las chicas que se le cruzaban*
–Admítelo, si lo haces prometo no enojarme.–solté mirando de lado a Richie mientras caminábamos.
–Esta bien, sí la estaba mirando.–
–¿¡cómo te atreves, imbécil!?–
–¡prometiste no enojarte!–
–Prometí no enojarme con la confesión, pero no prometí nada en cuanto al hecho.–Richie rodó los ojos, haciendo ese tan típico e irritante quejido de molestia–. ¿Por qué te enojas? No tienes motivos.–
–Sí los tengo, eres insoportable cuando te pones a la ofensiva ¿Te molesta que mire a otras chicas? Pues déjame decirte que no solo hice eso, tambien besé a algunas de ellas. Mira, aquella es Tina Huggins, le comí la boca en la última fiesta escolar.–dijo señalando a una rubia frente a nosotros
Pensé que solo era una estúpida broma producto de su enojo pero al ver cómo la chica lo saludaba y le tiraba un beso volador, me di cuenta de que no lo era.
–Eres un...–le di la cachetada de su vida.
Richie trastabilló un poco, para luego mirarme sorprendido, definitivamente no esperaba un golpe.
–¿qué? ¿La zorra de Tina Huggins no te dio una cachetada todavía?–solté hecha una furia–. Vete a la mierda, Tozier. Sabía que eras un estúpido, pero creía que conmigo serías diferente. Supongo que me equivoqué.–
Comencé a alejarme, escuchando los múltiples llamados de Richie a mis espaldas.
–¡pero yo te amo!–
–¿a si? Pues a mi no me lo pareció cuando me gritabas en la cara que me habías engañado.–le mostré el dedo del medio sin voltear a verlo.
Richie tozier, deberías aprender a cerrar la boca.
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