***

Dos horas y media después estamos todos de pie, bailando gracias a unos altavoces que trajo Logan, la canción can't hold us.

Estoy moviendo mi cabeza y mis caderas como una verdadera loca, y dando pequeños saltitos junto a los chicos. Estoy bailando frente al castaño Andrew, quién tiene mis manos tomadas alrededor de las suyas moviéndolas de todas las formas posibles. No paro de reír junto a él cuando me obliga a hacer algo parecido a la ola con nuestros brazos.

Empiezo a cantar una letra inventada en inglés que no tiene nada que ver con la original, pero me da igual, tan solo me río y me lo paso bien.

-¡Están a punto de dar las doce!-Grita uno de los chicos.-¡Van a soltar los fuegos artificiales!-Dice emocionado.-¡Que alguien vaya a buscar a Adri!

Miro a mi alrededor. Es verdad, no está. Frunzo el ceño.

-Ya voy yo.-Digo. No solo por buscale, también necesito apartarme un poco del humo y el olor a alcohol que hay en el ambiente. No he bebido nada, palabra. Sobre todo desde el incidente de la fiesta. Je.

Empiezo a bajar las rocas despacio, y cuando llego abajo, veo una cueva algo escondida por otras rocas. Oigo ruidos dentro, y la voz de Adri. ¿Que estará haciendo?

Entro despacio, de puntillas para que no me oiga, pero en cuanto veo que Adri está al final de la cueva con una chica rubia, bueno, haciendo... eso, ahogo un grito y me doy la vuelta rápidamente, para no ver esa desagradable imagen.

-Em... perdón, chicos. Adrien, te llaman.-Digo aún sin girarme y con los ojos cerrados. Sin esperar respuesta, salgo corriendo de la cueva y vuelvo con los chicos.

Por Dios, ¿en medio de la playa? Vale, una cosa es saber que cada noche está con una guarra distinta, pero otra muy distinta es verlo con mis propios ojos, y sobretodo sentir el dolor indescriptible que se instaló por unos momentos en mi pecho.

Miro la hora: 23:52.

En ocho minutos empezarán los fuegos.

Todos los chicos nos sentamos en el suelo, unos frente a otros formando un círculo bastante raro.

Queda un minuto para que den las doce, y justo cuando me acabo de convencer de que Adrien no aparecerá, lo hace, completamente vestido y haciendo como si no hubiese sucedido nada. De hecho, se sienta a mi lado con las piernas cruzadas y sonríe.

-Te veo muy animado.-Comenta Lucas con una sonrisa pícara.

-Bah, tampoco fue nada del otro mundo.-Dice encogiéndose de brazos.

¡¿Pero bueno, no saben que sigo aquí!?

-No mientas, seguro que fue genial.-Añade Mane.

-Tal vez.-Dice tras unos segundos.-Pero jamás se podrá comparar con el centrifugado de hace tres semanas.

-¿Centrifugado?-Pregunto con curiosidad. Si, soy muy curiosa.

-Encima de la lavadora.-Explica enarcando las cejas.

-Oh, espera. ¿La de tu casa? ¿En la misma lavadora en la que yo lavé mi ropa?-Le pregunto abriendo los ojos como platos.

-Si.-Dice como si fuera lo más normal del mundo.

-¡Ag! Que asco, por Dios.-Digo haciendo una mueca.

-Si quieres un día te enseño.-Dice sonriéndome pícaramente.

-Por Dios... ¿quieres...?-No termino la pregunta, ya que una explosión de colores en el cielo me interrumpe. Los fuegos artificiales.

Todos nos quedamos callados observando el cielo oscuro, tan solo iluminado por las chispas de múltiples colores que contruyen formas de corazones y palmeras.

Mi pequeña fugaWhere stories live. Discover now