XVII

34 2 0
                                    

Anoche no pude dormir. Después de recibir tu mensaje, maldito aprendiz de nada, volví a lapensión y me encerré en mi habitación. Tenía que pensar algo, un plan que acabara contigo. Teníaque recuperar a Gema. Tenía que recuperar el control. Tenía que derrotarte para siempre.

Pero no puedo dar contigo. Por lo menos no ahora. Tengo que esperar a que tú contactesconmigo. Así eres tú: un cobarde, un pobre desgraciado que ya está contando sus últimos días eneste mundo. Tú, maldito, has cometido un gran error. Has aceptado enfrentarte a mí. Y ahora tienesque morir. No podrá ser de otro modo.

He esperado tu llamada durante todo el día. Me he dedicado a pasear de una punta a otra dela ciudad, observando todas las caras que me encontraba a mi paso. Eran caras terribles, carasaburridas, miradas angustiadas dirigidas hacia el suelo; rostros con miedo a mirar arriba; rostros tristes; rostros horribles. Y ninguno era el tuyo.

He tenido que esperar hasta el final del día para recibir tu mensaje. Cuando lo he leído, unaasquerosa sensación de odio ha recorrido todo mi cuerpo. Debo encontrarte. Debo saber dóndeestás. Debo acabar con todo esto.

Yo psicópata. El diario de un asesino IIWhere stories live. Discover now