9: "Seis musas en la lista, siete leones dorados"

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Tomé el resto de la semana de descanso, dándome un tiempo para hacer las cosas que solía hacer, en resumen ver series, jugar videojuegos y escuchar música; mi mente estaba tan llena de las historias cargadas de perfección, de Samuel y sus musas, que lo que más deseaba era recuperar un poco de mi vida, por insípida que esta fuera.

A pesar de ese deseo, de manera absurda había decidido leer el último libro de Samuel, empecé desde cero, con la intención de comprender mejor la historia y centrarme únicamente en ello, agradezco infinitamente haberlo hecho.

La historia era maravillosa, la narrativa tenía la capacidad de sumergirte en la trama y hacerte sentir identificado al instante con los protagonistas; me encontraba realmente cautivado por el libro y no fue sino hasta el quinto capítulo que todo comenzó a cobrar sentido para mí.

El quinto capítulo trataba sobre el encuentro de Magnus (mago y protagonista de la historia) con el primer león dorado.

(Fragmento del quito capítulo)

"(...) Magnus, tras cruzar el muro en ruinas que conducía a aquel magnifico jardín, encontró una gran mesa frente a él, la cual se encontraba puesta para un grupo de por lo menos diez comensales, y sobre esta un banquete digno de los Dioses; su vista viajo por el grupo de cubiertos dorados y la vajilla brillantemente blanca hasta llegar a la silla que se encontraba en el extremo opuesto de la mesa, en ella la imagen de un león colosal de caracteres humanoides le hizo recordar su propósito: acabar con él y recuperar el poder del dominio sobre la alquimia.

-Bienvenido - dijo aquel ser mientras se ponía en pie - veo que te has recuperado por completo - sonrió altivo mientras se acercaba a Magnus.

-No, no me he recuperado - dijo hostil - tal vez me vea como yo mismo, pero ahora, y gracias a ti y tus hermanos, solo soy un simple y común mortal - agregó con furia mientras encaraba a aquel ladrón de poderes.

-No nos culpes de tus errores, nosotros solo te dimos tu merecido por la cobarde acción que cometiste - respondió rodeando a Magnus, viéndolo siempre por sobre su hombro y ondeando aquella capa de bordados de oro que llevaba puesta - asesinaste a la reina Hesery sin darle la oportunidad de defenderse y solo para obtener el dominio de las creaturas mágicas - sonrió satisfecho - tú y tu hambre de poder fueron los que te pusieron en esta situación.

-¡Calla! - grito Magnus abalanzándose sobre el león; de inmediato un golpe seco sobre el pecho lo hizo volar por los aires antes de caer de bruces contra uno de los platos sobre la mesa.

-Tan arrogante y lleno de odio, no comprendes que le hemos dado más valor a tu vida, ¿no sabes que hemos hecho esto por tu propio bien? - se acercó el león para levantarlo y dejarlo sentado en una de las silla - te empeñas en lastimarte a ti mismo.

-Solo quiero ser quien era - respondió amargamente Magnus mientras se limpiaba la sangre de la boca.

-¿En verdad crees que aquel ser despreciable era tu verdadero yo? - Inquirió, ofreciéndole una servilleta finamente bordada para que limpiara su sangre, en respuesta Magnus solo lo miró suplicante - Yo podría ofrecerte todas las comodidades del mundo, un banquete como este cada día de la semana, vivirías plenamente hasta el día de tu muerte, sin preocupaciones, sin dolor, sin odio ni prejuicios - bufó el primer león señalando las cosas a su alrededor - solo deberías quedarte aquí y hacerme compañía, tendrías una vida feliz.

-Pero finita y sin libertad - interrumpió Magnus levantándose de la silla, el mágico ser solo resoplo resignado.

-Bien, ¿sabes cuál es el precio? - dijo alejándose, batiendo la fabulosa capa.

Las musas de Samuel de Luque (Wigetta) #FL2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora