- Sakura-chan... -le llamó cariñosamente Konan acariciando su cabello rosa-. No te preocupes, todo estará bien. Esta bien que llores... Desahógate.

- Pero yo... No quiero ser más débil... Si vuelvo a ser una carga... Una molestia para ustedes... Temo que me pase como mi madre...

- ¿Y qué le paso?

- Mamá siempre estaba tumbada en la cama... Papá decía que le había quitado la vida a la persona que amaba... Yo... Ella murió y papá empezó a ser cada vez más brutal con sus palizas... Era una bestia... Después de la muerte de mi madre dejó de alimentarme y la gente del pueblo que me ayudaba al día siguiente me evitaban y me miraban con horror... Tuve que aprender a cazar animales pequeños... Como si fuera un animal... Creo que en esa época Haku-kun me ayudaba a cazar... Pero... Papá me encerró. Dejó de traerme comida y yo dejé de ser... persona.

- Tranquila. Ahora estás con nosotros. Nadie volverá... No permitiré que nadie te toque. Mi papel te protegerá.

- Konan-chan... Está bien... Solo me siento un poco mal. No te preocupes demasiado. Mis heridas se curaran -dijo tocando su corazón.

- Eso espero pequeña.

Las dos chicas se miraron con cariño hasta que Kisame llamó a la puerta.

- Sakura. Te vas a ir a Suna -le dijo Pain desde la puerta-. Es una misión de infiltración. Mientras Deidara y Sasori causan un gran revuelto, deberás aprovechar esta situación para entrar en Suna sin ser descubierta. Te heriremos un poco para que no resulte sospechoso.

Los Akatsuki miraron con un poco de odio y sorpresa a Pain, pero entendían que solo era una misión y que tampoco debían dañarla tanto. Bastaba con un par de rasguños.

- Está bien. ¿Cuándo es la misión? -preguntó.

- Mañana en la mañana. Espero que estés lista para entonces.

- Hai.

- Y espero que te recuperes... Te necesito al 100%. Esta no es tu casa, es tu hogar. No tengas miedo de mostrar tu debilidad o tu poder. He apostado por ti, que no se te olvide.

- Gracias... Pain-sama...

Pain se retiró dejando algunas miradas tras su espalda. Para ellos que Pain hiciera eso, felicitara a un miembro o le brindara su apoyo... Era muy extraño. ¿Cuánto había cambiado la presencia de la pequeña a Akatsuki?

- ¡Sakura-chan! -dijo Tobi tirándose a su pecho. Estaba abrazado y el cuerpo de la pequeña no era muy grande. Era ver como si un oso estuviera abrazando a un pequeño conejito.

- Tobi-kun...

- Aléjate -dijeron Kisame e Itachi, este último con el Sharingan en sus ojos.

- Sakura-chan... Deberías descansar. ¿Quieres comer algo en especial? -le preguntó con amabilidad y con una sonrisa en el rostro nunca vista por nadie excepto por Pain y su antiguo sensei.

- Comida casera... Cualquier cosa esta bien -dijo-. Se que cualquier cosa que me hagas va a estar buena.

- Demasiado linda -dijo Kakuzu-. Algunos viejos podrían darnos muchas fotos...

- Ni se te ocurra -dijo Zetsu-. Todo el dinero que ganarás sería quemado por esos de ahí -dijo señalando a Kisame e Itachi.

- De verdad sois demasiado sobre-protectores... Algún día Sakura se enamorará de un chico y harán ciertas cosas que la harán gritar de placer -dijo Deidara sin darse cuenta de sus palabras y de la menor presente en ese momento.

- ¿Por qué gritaría? -preguntó sin saber nada sobre el tema. Demasiado inocente.

- Te harán gritar, reír, llorar... Incluso pueden hacer que odies a tu mejor amigo... Las personas a quiénes amas son muy poderosas en nuestras vidas. Pueden influir mucho... -dijo Obito-. Pero recuerda. Si algún día estas en una situación dónde tengas que pelear por la persona que amas... Pelea, con todas tus fuerzas hasta que te quedes sin aliento. En este mundo no existe el bien o el mal, debes saber a que personas amas y debes pelear por ellas...

Silencio. Solo había silencio. Un tema un poco fuerte y que alguien que se comportaba la mayor parte del tiempo como un niño, se les hacía extraño a los Akatsuki.

- Pelea por los que amas... -dijo Konan.

- Entonces... Peleare por todos ustedes. Yo les protegeré si alguien intenta haceros daño. ¡Nadie os volverá ha hacer daño! -dijo mirando a todos los presentes.

- En serio, tanta dulzura... Me va a da un subidón de azúcar -dijo Deidara con sarcasmo.

- Sakura, ahora perteneces a nuestra familia -le dijo Kisame-. Si alguna vez te ocurre algo o tu novio se sobrepasa... Me lo cargo.

Rieron, bromearon, como si fueran una familia. Todos estaban muy felices, incluso Sasori, Kakuzu y el amargado de Itachi estaban riendo. Aunque la felicidad se fue cuando Sakura dijo:

- Nee... Tengo que contaros algo importante...

Los Akatsuki esperaban lo peor.

- Veréis yo... -dijo seria-. Siento algo... Algo que me esta haciendo sufrir... Yo... -hizo una pausa para crear expectativas-. Tengo hambre.

Todos se dieron un facepalm.

- Jajaja. Pequeña, me has engañado -dijo Itachi-. Eres de lo que no hay -dijo dándole unas palmadas en la cabeza.

El Cerezo De AkatsukiWhere stories live. Discover now