He perdido el origen de aquella ilusión infantil, la cual vivía latente en mis entrañas tomando la forma de un sueño, el sueño de ser feliz dentro de un mundo donde me relaciono con "buenas personas", entiéndase las comillas cual carácter expresivo...
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Es posible que la opinión en masa posea un hilo conductor o argumentativo, capaz de convencer a los sujetos de una sociedad de aquellas acciones políticamente correctas, pero jamás puede decirse abiertamente que los recuerdos ausentes son un espiral incompleto que puede llenarse a la ligera, puesto que, eso haría que la historia viniese siendo un inicuo romance entre la vehemencia de las emociones y la objetividad de la experiencia. Sin embargo, muchos se angustian por concretar la fantasía de equipararse a los demás en los aspectos de la apariencia, sin tener en cuenta el alto precio que trae consigo el acto oblicuo de dibujar frente al espejo una imagen incompleta, lacerando el autoestima con el fin de encajar cada instante en cualquier lugar de este planeta.
Los problemas del pasado son lagunas en espera de ser despertadas del letargo, ausentes de la conciencia actual suelen ser manifestados sin levantar sospechas alguna, mientras que, el presente se prepara para concebir una tregua entre las partes opuestas, desdibujando así el contorno con la negrura de las angustias, la cual, diariamente nos recuerda que la vida segundo a segundo se desfragmenta ante los ojos de los insensatos.
Que cruel crujen las palabras cuando el dolor se intenta pasar por alto, tan fuerte hierve la furia como la de un demonio que anhela ser liberado, no obstante el mundo no se detiene ni por los pobres ni por los desamparados, las calles sangran por fuera expresando el fulgor callado de la impotencia, mientras los días se hacen opacos y la noche se oscurece al compás de la oscuridad, alimentando diariamente estas sombras que me consume sin siquiera notarlo.
Tras la ausencia de la historia hoy escribo este gris lamento, hablando entra las murallas de la soledad con acceso al rincón de mis más grandes temores, me consume por completo el vestigio perverso de la ansiedad, mientras en cuestión de segundos la vida transcurre a pedazos como un bálsamo de recuerdos. Más allá de todo esto, los años se burlan de mis manos y las hacen torpes para verme siempre débil, sin derecho alguno a aquellos potenciales que involucren fuertemente mis deseos. Así mismo, los poetas se fragmentan en razas y olvidan que las fantasías son la base de la inspiración ambulante, la cual, cobran vida y asesina rápidamente aquellos sentimientos que me hace vulnerable ante todas estas personas eidéticamente "normales".
