NEGANDO EL VACÍO DE LA NADA

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Partiendo sensatamente de aquello que se muestra evidente ante el juicio valorativo de la razón, para ser más exactos, una proyección onírica del ego distante de toda forma de materialidad posible, aunque a su vez absurda, puesto que, nuestros ojo...

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Partiendo sensatamente de aquello que se muestra evidente ante el juicio valorativo de la razón, para ser más exactos, una proyección onírica del ego distante de toda forma de materialidad posible, aunque a su vez absurda, puesto que, nuestros ojos solo pueden absorber el reflejo inquieto de lo turbio, deambulando entre la náusea con cada acto, bajo la certeza inexistente de lo "concreto", ya que por muy soberbios y prepotentes que pretendamos ser, nuestra plenitud se fundamenta en la constante negación de la nada, de esa forma construimos el contenido simbólico de nuestros miedos y la superficie dinámica de nuestra individualidad.

Anexo a los acontecimientos cotidianos. En los cuales circula aquella tendencia repetitiva a clasificar las cosas, coexiste el vestigio emocional de la causa, expresado en el diagrama de una dicotomía hedonista, reacia a la frustración del placer inmediato y enferma por conservar los sofismas, pues no tenemos opción alguna en el instante que se concreta la elección de ser un condenado y cavar nuestra propia tumba con las uñas, o en el peor de los casos la osadía de la apelación hecha humana, pero a su vez bastarda del colectivo, apedreada constantemente por los escombros de un ideal de la existencia distorsionado.

Es bastante claro el desprecio consumado de los demás sobre aquellos que, según ellos, se atreven a ser distintos, diferentes, o sencillamente extraños, dotados de ese aire insoportable de superioridad sobrehumana, característica de la simpleza cotidiana de los actos de cualquier persona. Sin embargo, dicho desprecio no se constituye bajo los parámetros de una justificación valedera, haciendo evidente la inconsistencia del existir humano, puesto que se idealiza la perfección enmarcada en los estándares de arquetipos de moralidad inalcanzable, por nuestra misma condición animal e instintiva, la cual se resume en las tres tendencias más sencillas que pudiese tener una especie; Negar lo inevitable, desear lo placebo y repudiar a toda costa el dolor en todas sus expresiones posibles.


Crónica de las sombrasWhere stories live. Discover now