En el ocaso de los corazones, metafóricamente hablando, subyace la melancolía como un vals de lágrimas bajo el lúgubre rocío de la lluvia en primavera, cuya tonada gris comparte su tristeza con el silencio de la noche y el susurro de una sombra cual errante se desvanece entre la tormenta.
Abrazando la soledad desarraigo con fuerza todos mis recuerdos, claro está, mientras levito sobre la ausencia en el filo del universo. No obstante, me dispongo a dejar de lado cualquier excusa que retrase absurdamente este satírico evento, para luego, desechar sin remordimiento alguno este escuálido cuerpo en el mausoleo donde murieron todos mis sueños.
No se preocupen por mi queridos amigos, tuve la precaución de escribir una carta para despedirme amablemente de mis padres y de mis abuelos. No lloren por mis memorias, puesto que, yo no estoy literalmente muerto. Más bien, me encuentro flotando junto a ustedes en este extenso valle de los lamentos. ¡Oh! lo olvidaba, no tengo amigos. Pues bueno, esta carta está dirigida a quien tenga la osadía de leerla. dejando en claro que aún sigo vivo entre las notas tristes de una canción olvidada, divagando entre las memorias efímeras de una ilusión como la metáfora anónima de mi existencia.
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Crónica de las sombras
SpiritualHe perdido el origen de aquella ilusión infantil, la cual vivía latente en mis entrañas tomando la forma de un sueño, el sueño de ser feliz dentro de un mundo donde me relaciono con "buenas personas", entiéndase las comillas cual carácter expresivo...