5: "El músico que buscaba inspiración" (Sebastián)

819 82 51
                                    

Capítulo dedicado a 

Nota de la autora: Antes de empezar, este capitulo se lee un poco diferente; 

1)No va a haber una entrevista como tal, así que no tendrá el mismo formato que los dos capítulos previos.

2)Cuando lleguen a la parte de la carta, todas las parte en negritas son notas de Guillermo, es como las conclusiones o ideas que se van formando en su cabeza.

3)Tiene mucha música así que les recomiendo que escuchen las canciones porque tienen un motivo, en especial la última... Por favor imaginen que todas hubiesen sido escritas por el protagonista de este capítulo ¿vale?, así podrán sumergirse un poco mas en la historia...

Ahora si, disfruten :3

/////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////


Desperté pasadas las doce del día, llevaba dos semanas recostándome hasta muy tarde dándole mil vueltas a los relatos de Valente y Emma, buscando en cada rincón de las reseñas de los libros de Samuel un ápice de aquellas historias, un indicio de que hubiesen sido su inspiración, y en cada ocasión había obtenido el mismo resultado, absolutamente nada.

Esa tarde estaba dispuesto a terminar con aquello, dejar todo y tomarme la vida más enserio; hablaría con Lucia y le diría que todo esto había sido una tontería, que buscaría un nuevo empleo y seguiría adelante. Ojala mi curiosidad no estuviese tan despierta pues ahora la idea de que los relatos fuesen un engaño ya no rondaba tanto en mi mente y aunque me costara aceptarlo, Samuel de Luque era perfecto, a su manera.

Tres semanas después de mi entrevista con Emma, me encontraba de nueva cuenta el "El club"; esta vez entré sin pensármelo mucho, faltaba poco para que cerrara, pero debido a que mi siguiente entrevistado era al igual que Emma un empleado de aquel lugar, y lo que menos quería era interferir con su trabajo, me parecía correcto acudir cuando su jornada laboral hubiese finalizado.

-¡Guille! – saludó alegremente Valente apenas me vio entrar por la puerta, aún había un par de clientes en el lugar, y los camareros habían comenzado a limpiar y recoger la bajilla.

-Hola – no tenía idea de cómo debía responder a el cálido saludo, aquel chico había salido de detrás de la barra para darme un abrazo y yo me había quedado petrificado.

-Hola, periodista – saludó Emma de nueva cuenta proporcionándome un beso en la mejilla, por alguna razón ellos me comenzaban a considerar una especie de amigo; suponía que todo aquello se debía a que habían abierto de alguna manera su corazón y me habían contado una historia que quizá muy pocos sabían sobre ellos.

-Hola, camarera – sonreí ampliamente mientras la hermosa chica negaba divertida, y aunque me resistiera a verlo, yo también comenzaba a considerar a aquel lugar como un sitio familiar y a las personas en el, cómo amigos cercanos.

-¿Cómo has estado? – preguntó Mateo mientras yo me sentaba en uno de los bancos frente a la barra.

-Bien, un poco inmerso en el trabajo, pero al menos me mantengo ocupado – el simplemente asintió.

-Te ves cansado, ¿has dormido bien? – cuestionó Valente mientras me entregaba una taza de café, bebida que había extrañado profundamente aquella semana, ya ningún café me parecía tan bueno como aquel.

-En realidad no, pero espero que a partir de hoy todo mejore – no aceptaría frente a ellos que la razón por la que había dormido tan mal en aquellas semanas era Samuel.

Las musas de Samuel de Luque (Wigetta) #FL2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora