Te encontraré

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Tras la tensa conversación con Viktor, la cual lo llevó a descubrir que este tenía a una de las mafias más peligrosas de su lado, Yakov regresó rápidamente a la cabaña en compañía de sus hombres. El líder ruso sabía que el ex sicario volvería a atacar muy pronto y no estaba dispuesto a verse a sí mismo bajo fuego cruzado en una situación tan desventajosa como era estar en esa maltratada propiedad.

Sin poder sacarse aquello de la cabeza, Yakov ordenó a sus hombres preparar todos los vehículos que tuvieran disponibles. A pesar de haber usado el Roll Royce phantom para llegar a la cabaña, el Pakhan decidió utilizar una de las limusinas ultimater six Hummer H2 negras blindadas que sus hombres habían usado, después de todo, no iría solo.

Tras varias llamadas, Yakov confirmó que el sitio donde se llevó a cabo la última misión de Chris aún estaba cerrado por ese hecho. Prefería que el enfrentamiento fuera allí, en donde estarían en igualdad de condiciones. La siguiente orden fue que llevaran a los niños y al tailandés al vehículo que él usaría. Una vez que ellos estuvieran dentro de la limusina, solamente los hijos de Yuuri podrían ser desatados. Dos sicarios de Yakov se quedarían con los rehenes al interior del vehículo para tenerlos vigilados y amenazados con armas de fuego para así evitar que hicieran alguna acción estúpida. Cuando su orden fue cumplida, el líder ruso se dirigió a la habitación donde se encontraba Yuuri custodiado por tres vigilantes. El pelinegro ni siquiera alzó la mirada al escuchar que alguien entraba. A decir verdad, el pobre se había acostumbrado a que Michele llegara a torturarlo solo por gusto, por lo que se tensaba cada vez que esa puerta era abierta.

Yakov se acercó al japonés y, con bastante cuidado debido a las recientes curaciones de sus heridas, le hizo levantar el rostro, tomándolo de la barbilla.

—Escúchame con atención. —Permaneciendo de pie, el líder ruso lo miró con desdén—. Nos iremos a otro lugar. Te permitiré ir con tus hijos y tu amigo tailandés. Si haces cualquier movimiento que no me agrade, no dudaré en volarle los sesos a los niños frente a ti. ¿Quedó claro?

La sola idea de ver a sus pequeños nuevamente llenó de esperanza y emoción a Yuuri. No sabía a dónde irían, pero podía ver el miedo en el rostro del líder mafioso; Yakov no los lastimaría mientras Viktor estuviera persiguiéndolo. Con eso en mente, el pelinegro asintió, dispuesto a hacer lo que fuera con tal de tener a sus niños junto a él, al menos una vez más.

*****

Phichit y los niños estaban dentro de la amplia limusina junto a dos hombres que los vigilaban con una pistola cada uno. Al principio, las habían utilizado para dejarles en claro lo que ocurriría si desobedecían al sujeto que había ordenado su traslado al vehículo, pero, en ese momento, solo las afirmaban mientras estaban de brazos cruzados.

Yurio y Otabek tenían sus brazos y piernas libres de amarras, en cambio, Phichit estaba con las manos atadas a su espalda. Dentro de la limusina reinaba el silencio. Si bien los hombres de Yakov se aseguraron de alimentar a sus rehenes y permitirles sus necesidades básicas durante todos los días en los que estuvieron en cautiverio, no habían sido provistos de nada más, ni siquiera un cambio de ropa.

Death's Diary (Victuuri) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora