Te sostendré

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Desde el día en que Yuuri y Viktor se convirtieron en novios la familia se completó sin que los miembros de esta lo notaran. Día a día la confianza, la unión, el apoyo, el cariño y el amor crecían, tanto en los dos adultos como en los dos niños.

Viktor no podía evitar sonreír cada vez que recordaba la primera vez que Yurio lo llamó de la forma que actualmente usaba. Estaban los cuatro desayunando antes de que los pequeños tuvieran que ir a la escuela y los adultos tuvieran que ir al trabajo, era una suerte que Yurio con Otabek estudiaran juntos y Viktor con Yuuri trabajaran juntos. El pequeño rubio tomó una tostada e intentó alcanzar la mermelada, sin embargo, sus bracitos no le permitieron cumplir su objetivo. Como el ruso era el más cercano a la dulce salsa se la pidió a él. Pero jamás pensó que lo llamaría de la forma en la que lo hizo.

―Papá Vitya, ¿me prestas la mermelada?

Yuuri y Viktor lo miraron con los ojos abiertos como platos, Otabek solo lo observó con algo de curiosidad, mientras que Yurio se puso tan rojo como una jaiba.

―Eh... Yo... Lo siento, no quise decir eso ―El rubio bajó la mirada con vergüenza y un poco de miedo. Tal vez había molestado a su padre o a Vitya.

No entendía el motivo, pero Viktor sintió una gran alegría cuando Yurio lo llamó de esa forma. Una parte de él anhelaba poder reclamar no solo a Yuuri como suyo, también quería llamarse a sí mismo padre de los dos pequeños que le habían robado el corazón, aun en contra de su voluntad. El ruso miró a Yuuri en busca de alguna señal de qué hacer o de aprobación a la idea que expresaban sus ojos. El japonés lo miró y asintió con una sonrisa llena de emoción. Viktor le devolvió la sonrisa antes de poner la mano izquierda en la mejilla derecha de Yurio y la mano derecha en la mejilla izquierda de Otabek.

―¿Saben? Creo que hoy es el segundo día más feliz de mi vida. El primero fue cuando su padre aceptó ser mi novio.

Yuuri sacudió la cabeza sin dejar de sonreír. Viktor siempre se iba por las ramas al momento de explicar algo.

―Desde hace mucho tiempo he deseado que ustedes me vean como un padre también, pero me daba miedo pedírselos o decirles. Pensé que ustedes sentirían que los estaba presionando a aceptarme. Sin embargo, creo que ahora si se los puedo decir; yo amo a Yuuri como mi pareja y los amo a ustedes como mis hijos. ¿Me aceptarían como un segundo papá?

Otabek se bajó de la silla y se acercó al ruso, llegó a su lado y le dio un abrazo muy apretado.

―Yo estoy feliz de que ahora seas nuestro papá Vitya.

Yurio miró la escena como un gato que teme acercarse por miedo a que lo lastimen. Era extraño, pero Viktor podía identificarse bastante con las actitudes de Yurio. Con una sonrisa, le extendió la mano mientras rogaba en su mente que el pequeño rubio lo aceptara. En el instante en que miró directamente a los ojos del ruso Yurio se sorprendió, el ruso lo estaba mirando con el mismo amor que lo observaba su padre. De un salto, bajó de su silla y corrió a su lado para abrazar el costado opuesto al que Otabek se aferraba.

―Yo también soy feliz ahora y también quiero que seas mi papá Vitya.

El corazón del ruso jamás había estado tan lleno de emoción, amor, alegría, y esperanza. Su nueva familia era lo más maravilloso que podría haber encontrado. Viktor abrazó a los dos pequeños y depositó un beso en la frente de cada uno. Una luz fugaz los hizo mirar hacia el lado, precisamente hacia dónde Yuuri acababa de tomar una foto con el flash de su celular. Ese momento lo quería guardar por siempre.

―No pude evitarlo.

Aquella fotografía yacía al lado de la del viaje a Universal studios Japan y a otras tantas de los increíbles momentos que habían vivido los cuatro juntos.

Death's Diary (Victuuri) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora