Saldando cuentas

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Dentro de la furgoneta Volkswagen multivan T5 negra con vidrios polarizados, Viktor y cuatro de los hombres de Guang Hong esperaban la orden para actuar

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Dentro de la furgoneta Volkswagen multivan T5 negra con vidrios polarizados, Viktor y cuatro de los hombres de Guang Hong esperaban la orden para actuar. La noche anterior habían planeado cada movimiento para no fallar; a diferencia del rescate frustrado de Yuuri y los niños. El ruso y los sicarios chinos se encontraban estacionados a dos calles de la entrada principal del orfanato. La mente de Viktor estaba dividida en ese instante, después de todo, le desagradaba completamente lo que estaba por hacer.

Gracias a las varias veces que visitó aquel lugar en compañía de Yuuri, todos los trabajadores conocían a Viktor. La noticia de la desaparición de su esposo e hijos se mantenía en secreto, así que ninguna persona en el orfanato lo sabía.

Desde la desaparición de Minako, aquel sitio era constantemente vigilado o visitado por policías. A pesar de eso, aún no se sabía algo del paradero de la pequeña. Viktor no podía arriesgarse a que su identidad, o su pasado, quedaran al descubierto, por lo que no estaba dispuesto a ayudar a la policía respecto al caso de Minako. Le dolía en el alma el destino que la pequeña había sufrido, pero no había nada que él pudiera hacer; Viktor también provenía de ese asqueroso mundo.

El plan que llevarían a cabo era bastante simple: Viktor sacaría a la pequeña Sara a pasear, ya que Yuuri y él tenían permiso para salir con los pequeños, y, mientras estuviera caminando con ella, los hombres de Guang Hong fingirían un secuestro. Aquel teatro sería montado para librar al ruso de cualquier sospecha en caso de que la niña hablara sobre lo ocurrido. Luego de vendarle los ojos, Viktor podría subir a la misma furgoneta. Después de todo, Sara ya no sería capaz de ver lo que pasaba a su alrededor.

Sin querer adentrarse en sus dudas morales, o en una batalla en contra de su conciencia, Viktor se arregló la corbata y bajó como si nada del vehículo. Antes de comenzar el operativo, Seung-Gil se había preocupado de elegir el momento preciso en el que ningún policía estuviera cerca del lugar. Al parecer, hackear el sistema de la estación de policía había sido extremadamente fácil para el surcoreano.

El ruso entró con total confianza al orfanato. Una de las mayores habilidades de Viktor era el poder fingir tranquilidad y control antes de cometer un crimen.

Tras una charla con la directora, en la que tuvo que mentir sobre el paradero de Yuuri diciendo que el hospital y la empresa lo mantenían muy ocupado, especialmente tras la luna de miel, el ruso fue autorizado para llevar a Sara a dar un paseo. La niña estaba muy emocionada, ya que Viktor había logrado ganarse su corazón. Ahora Sara tenía dos príncipes esperando por ella. Para Viktor, le resultaba realmente extraño estar con la hermana del hijo de puta más grande que hubiera conocido, sin embargo, la pequeña no tenía culpa de estar relacionada biológicamente con ese bastardo; no le haría pagar a ella los errores de su hermano, mucho menos después de que todo el infierno que estaban viviendo comenzara porque los yakuzas querían lastimar a Yuuri debido a los pecados de su padre. Viktor no sería como esos malditos.

Death's Diary (Victuuri) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora