Desesperación

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Tras el que fuera, sin duda alguna, el peor viaje de su vida, Viktor se encontraba nuevamente en Santorini

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Tras el que fuera, sin duda alguna, el peor viaje de su vida, Viktor se encontraba nuevamente en Santorini. No le importó comprar los pasajes con su verdadero nombre y que la bratva rastreara ese movimiento. Después de todo, había fallado en proteger lo más importante que tenía en la vida: su familia. Una vez que llegó al archipiélago, se dirigió en taxi al hotel. Chris había decidido que se reunieran allí.

Por algún motivo que ni él mismo comenzaba a entender, el ruso no interrogó a su amigo cuando este le dio la noticia. Tampoco le reclamó. No lo insultó ni lo culpó. Solo aceptó las indicaciones que el suizo le dio mientras dejaba que el miedo se apoderara de él. Lo peor de la situación era que Yakov no solo tenía a Yuuri, también tenía a Yurio y a Otabek. Sus peores miedos acababan de volverse realidad. Viktor tenía más que claro que no podía perder ni un valioso segundo. Sin importar cómo, debía rescatar a su familia lo antes posible.

A pesar de que las circunstancias eran muy desfavorables e inciertas, el ruso tenía un grado de confianza en que no matarían a ninguno de ellos. Después de todo, si querían capturarlo a él, lo mejor era mantener vivo a su esposo e hijos, pero eso no aseguraba que no los dañarían o torturarían. Viktor no estaba dispuesto a permitirlo.

Una vez que llegó al hotel, se registró en recepción y se anunció a sí mismo como otro de los conocidos del señor Cao Bin. Aquello le permitió el acceso a la suite que había sido habitada por su familia. Al abrir la puerta, Chris, quien se encontraba sentado, se puso de pie inmediatamente, pero mantuvo su distancia al ver el rostro del ruso. Era evidente la angustia que sentía Viktor.

—Chris...

—Viktor, yo... —El suizo no podía recordar la última vez que había llorado, pero haberle fallado a su amigo, y no saber nada del paradero de sus niños y Yuuri, lograron que las lágrimas brotaran una tras otra—. Lo siento tanto.

Al igual que su amigo, el ruso no pudo evitar que sus ojos se humedecieran, sin embargo, su llanto era de impotencia, miedo, dolor y culpabilidad. A pasos apresurados, Viktor se acercó a Chris y lo abrazó, empuñando las manos en la espalda del suizo.

—Mi familia, Chris. Se llevaron a mi familia. —Los dolorosos sentimientos que el ruso había acumulado durante las últimas horas hicieron que los sollozos de este no pudieran ser controlados.

Con fuerza, el suizo le devolvió el abrazo a su amigo.

—Perdóname. Yo debía cuidarlos. Fui a comprarles el almuerzo y cuando volví ya no estaban. Fui un cretino. Te fallé, hermano.

—No. Esto es mi culpa. —Separándose de Chris, Viktor se enderezó y secó sus ojos con algo de rudeza—. Todo lo que está pasando es mi responsabilidad. Por mi causa, Yuuri y los niños terminaron metidos en este mundo de mierda. Ahora sus vidas están en manos de los bastardos que están tras de mí. ¡Los van a matar!

Apretando los dientes, el suizo permitió que esas palabras se colaran en su interior. ¡Maldita sea! A él también le dolía el pensar en lo que esos malnacidos le podían hacer a la familia de Viktor, pero quedarse allí llorando no iba a solucionar nada. ¡Al carajo con el dolor! En ese momento necesitaban la cabeza fría para pensar en una forma de rescatarlos lo más rápido posible. Chris entendía el dolor de su amigo, sin embargo, no podía permitir que el ruso se hundiera.

Death's Diary (Victuuri) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora