Capítulo 48

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Poco a poco, el curso escolar estaba terminando. Ya nos encontrábamos en los últimos días de Marzo, y el chima poco a poco estaba volviéndose más cálido. No obstante, nadie parecía querer disfrutar de pasear por los jardines o sentarse a la orilla del lago negro. Todo el ambiente y buen clima que proporcionaba la cercanía de la primavera inglesa estaba siendo empañado por lo que se vivía dentro del castillo.

Todavía recuerdo mi primera impresión de este. Todavía me parece un lugar lleno de misterios, pero el aura acogedora que me había hecho sentir como en casa había desaparecido completamente.

Los Carrow, a pesar de temerme y seguir mis órdenes sin dudarlo, seguían castigando a alumnos y practicando y enseñando con ellos las maldiciones imperdonables. Sin importar en lo que te fijases, sólo se podía apreciar miedo y más miedo. Los fantasmas ya no te saludaban amablemente cuando pasabas, e incluso el barón sanguinario parecía descontento. Los cuadros sólo hablaban entre ellos y peeves, en vez de gastar sus comunes bromas, pasaba los días bagando como alma en pena por el castillo. Seguramente porque sabía que si hacía cualquier tipo de broma lo expulsarían sin dudar. Ya ni si quiera Myrtle la llorona quería salir de su cubículo, y pasaba los días allí sin siquiera sollozar.

Esto tenía que terminar. No quería que otro Black fuese el director más odiado de la historia (aunque Severus todavía no lo era).

Con paso decidido me dirigí a mi armario para vestirme con la intención de reunirme con los Centauros. Necesitaba conocer los augurios que determinarían el final de la guerra.

Con rapidez me vestí con un conjunto cómodo para salir de la habitación no sin antes decirle a Toby que cuidarse a los pequeños.

Una vez en el exterior del colegio, me transformé en Guepardo y corrí lo más rápido que pude para llegar hasta el asentamiento de los Centauros

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Una vez en el exterior del colegio, me transformé en Guepardo y corrí lo más rápido que pude para llegar hasta el asentamiento de los Centauros.

Justo en la entrada, se encontraba Firenze, el cual, aunque los otros no quisieran admitirlo, era el más bueno haciendo predicciones.

-Estaba esperándoos princesa. Las estrellas me lo han anunciado.-Dijo con voz tranquila mientras comenzaba a caminar hasta unos montículos de piedra.

-Entonces sabrás a qué he venido.-Respondí con tranquilidad mientras me sentaba en uno de los montículos de piedra.

-Sólo sabía que acudirías, los presagios de las estrellas no nos revelan toda la información que deseamos.

Ante su respuesta no pude evitar sonreír. Sabía de ese hecho, pero la tensión que estaba albergando a causa del desarrollo de la guerra y la protección de mis hijos me había hecho olvidarlo.

-¿Qué es lo que tanto le preocupa? Usted  no es como esos humanos que desean conocer su futuro para sufrir desvelos por hechos que no pueden cambiar.-Dijo con seriedad.

-Lo sé. No soy alguien que confía en el destino, más bien soy de los que creen que el futuro es un fino hilo que ha sido compuesto a través de nuestras acciones, tan fino que cualquier alteración puede causar su ruptura y alteración. No obstante, en esta situación me es completamente necesario conocer cualquier nimiedad del avance de esta guerra.

Perdonar nunca es fácil (2 temporada de ¿Volver a amar? Snape Y Tú)Where stories live. Discover now