20 ~Hombres idiotas.
Reese
Miré el techo del salón esperando que alguna cosa fantástica pasara. Había estado igual desde que había terminado de almorzar y me dirigí a ver televisión. Sin embargo, había optado por un canal de música, ya que no estaban dando nada bueno. Esperaba que mi teléfono sonara y me diera alguna señal de vida de Diane, pues el día anterior se había devuelto sola del cumpleaños de una amiga.
Aunque tratándose de Diane algún chico la había llevado a casa.
A ti no. -dijo una voz desde mi cerebro.
Recordé a Nathaniel besando a Emma... Habían pasado 3 días desde entonces, y no había hablado nada con él.
-Maldito idiota...
En ese momento una canción lenta y depresiva comenzó a sonar y yo miré el televisor con odio.
Eso no ayuda.
Vi el control del televisor balancearse en una parte del sofá, estaba en una mala posición y en cualquier momento se caería, pero no hice ningún esfuerzo por agarrarlo. Entonces, sonó el bendito teléfono. Me llevé el aparato al oído sin siquiera mirar la pantalla.
-¿Diane?
-No, Reese... -cuando oí esa voz me levanté de un salto y el control de tv finalmente cayó al suelo, haciendo un enorme estruendo. Me despegué del celular para ver el nombre del contacto. -¿Qué pasó? ¿estás bien?
El número era desconocido, sin embargo, yo sabía perfectamente que esa voz pertenecía a Nathan.
Dudé en si cortar, pues eso era lo que había hecho las veces anteriores que había llamado... pero terminé armándome de valor y volví a hablar.
-¿Qué quieres? -pregunté, intentando sonar dura.
-Quiero explicarte.
¿Explicar qué? por favor... ¿Podía haber una buena razón para que él la agarrara de la cintura mientras ella le metía la lengua hasta la garganta?
-¿Tuviste tiempo para buscar una excusa? -pregunté, con mi voz apagándose.
-¿Podemos vernos?
-Yo... estoy ocupada, l-lo siento. -colgué, quedando solo con el sonido de mi corazón moviéndose con rapidez.
Volví a echarme sobre el sillón y abracé una de las almohadas.
"Mierda, Reese... estoy enamorado de ti"
Mi garganta se apretó y abracé la almohada con más fuerza. Los recuerdos comenzaron a arremolinarse con fuerza, la noche de la fogata, nuestras vueltas a casa y el día que me había llevado por Detroit. Aquel día habíamos terminado durmiendo juntos. Suspiré, recordando los brazos de Nathan apretarme para que volviera a dormir...
Y ahora... ahora estaba abrazada a una almohada.
-Vamos Reese... -murmuré para mi misma, secando los mocos que luchaban por salir. -No te vas a poner triste por un chico...
Tras unos minutos juntando la fuerza, me levanté del sofá. Estaba dispuesta a salir e intentar recuperar algo de alegría. En eso me llegó un mensaje de Diane, lo que fue totalmente oportuno. Respondí el mensaje y me dirigí a mi cuarto para cambiarme, pero me topé a mamá en las escaleras.
-¿Qué fue el ruido? ¿qué rompiste ahora, Ree?
-El control se cayó... -sonreí con inocencia.
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El ladrón de mi primer beso
Teen FictionEl "dribling" es una estrategia que se utiliza en baloncesto para eludir a jugadores del otro equipo, para pasar de ellos. Reese siempre fue buena en ello, pero en realidad, lo utilizaba para varias cosas además de los deportes... evadía a los chico...