16 ~Celos.

8.6K 643 94
                                    

16 ~Celos.


Reese

-¿Cómo que Elliot no va a venir?

-Lo siento, Risitos. -respondió Sam, quitándose los lentes de sol para mirarme con pena.

Risitos... Ese era el apodo que me había puesto años atrás.

Aparentemente a todos les gustaba hacer juegos de palabras con mi nombre.

-Elliot tuvo un problema con su pasaporte -continuó. -No podrá viajar si no lo arregla... Dijo que vendría a despedirse mañana, pero ya que estoy aquí podemos no lo sé... ir a algún lugar donde podamos estar solos... -sonrió con pena. -¿Tienes alguna idea?

-Por supuesto. 

-¿Y dónde planean ir exactamente? -la voz del entrenador retumbó por mis oídos y Sam y yo nos volteamos para mirarlo.

Sam había venido a buscarme como habían prometido, y antes de salir nos habíamos quedado hablando en la entrada del refugio. Me reprendí por no habernos ido antes, pues ahora probablemente el señor Lancaster haría alguna especie de escena para retrasarnos, sin embargo, no podía ocultar mi felicidad porque se preocupara tanto por mi.

El hombre nos miraba con una ceja alzada y los brazos puestos en jarra y cuando comenzó a hablar no le presté atención, pues de reojo pude ver que un atractivo chico de ojos pardo caminaba hacia nosotros mientras miraba su móvil. Nathan se ganó mi atención a la vez que el entrenador le comenzaba a hacer preguntas a Sam reprendiéndolo para que me cuidara. Aparentemente no le importaba el hecho de que fuera una estrella de Hollywood, pues el simple hecho de que saliera solo conmigo lo consideraba como un peligro.

Cuando noté que Nathan se seguía acercando sin notarnos me apresuré para que nos fuéramos, pues luego del incidente del día anterior sabría que me sonrojaría si hablábamos.

-Ah... Solo iremos a algún lugar a almorzar, señor. -hablé. -No debe preocuparse, pero ya debemos salir. -sonreí.

-Oh, Reese... -negó el entrenador. -Aunque sea el amigo de tu hermano, ¿planeas salir sola con él? Pues no, ni lo creas, conoces las reglas; cada alumno que salga debe ir acompañado por uno de sus compañeros.

-Pero señor... -me quejé. -Sam es un actor, si alguien más viene le haría preguntas y sería problemático, por favor déjenos ir solos... -rogué.

Aunque esa era una razón importante, realmente quería salir sola con Sam porque hacía mucho tiempo que no lo veía y teníamos muchas cosas de qué hablar.

-Oye Reese, ¿No sabes lo peligrosos que pueden ser los chicos hoy en día? -me preguntó el entrenador.

Rodé los ojos y mi vista cayó en Nathan, quien había subido la mirada de su móvil y caminaba hacia nosotros con la vista fija en mi.

Demonios.

Miré al entrenador y cuando iba a responder Nathan me interrumpió.

-Oiga coach, los chicos están esperando. 

Nathan llegó junto a nosotros y cuando vio a Sam lo examinó de pies a cabeza, sin embargo, luego volvió la vista al entrenador totalmente desinteresado.

-Lo sé, lo sé... -respondió el señor Lancaster y tras pensar un momento volvió a hablar. -Oye Bennet, ¿No sabes quién es este chico? -preguntó el entrenador señalando a Sam.

Nathan volvió a mirarlo y negó. 

-¿Por qué debería?

De reojo pude ver que Sam elevaba una ceja indignado y cómo el entrenador sonreía.

El ladrón de mi primer besoOn viuen les histories. Descobreix ara