10 -La dura realidad.

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10 ~La dura realidad.


Reese


Abrí los ojos con pesar, pues la vibración de un teléfono me había despertado.

Observé mi alrededor algo desorientada y cuando caí en la cuenta de mi situación mis ojos se salieron como los de un hámster luego de estar horas de cabeza.

Me encontraba aún en el mirador, la botella de champán estaba acabada y la caja con pasteles vacía, las estrellas seguían brillando radiantes en el cielo y la luna ya no se veía desde aquél rango. Sin embargo esa no fue mi sorpresa, sino que me encontraba acostada sobre el pecho de Nathan y él tenía una de sus manos alrededor de mi cintura.

Nate dormía plácidamente con los labios entreabiertos y sus párpados se movían rápidamente, probablemente teniendo una pesadilla. Me alejé de un saltó, a lo que él se quejó, mas no abrió los ojos.

Ni siquiera podía recordar cuándo o cómo me había quedado dormida...

Sin embargo dejé mi sorpresa de lado y busqué el celular por la habitación. Lo encontré a unos metros de mí en el suelo y cuando miré la pantalla observé que tenía 10 llamadas perdidas de mi madre y más de 20 mensajes.

-Santa mierd...

El teléfono volvió a sonar interrumpiéndome y yo contesté, no sin antes mirar la hora.

2:03 am.

-¿Hola...?

-¡Gracias a Dios contestas, Reese!, ¡¿Dónde rayos estás?!

-L-lo siento, ma... Me olvidé de avisarte, pero luego del cine me fui a quedar con Diane, pues la película terminó tarde... -mentí.

Durante la tarde le había enviado un mensaje a mamá diciendo que iba a estar con Diane y que probablemente iríamos al cine, sin embargo mi mentira quedaría al descubierto si mamá ya había llamado a Diane y ella le hubiera dicho la verdad, por lo que rogué que mi amiga nunca hubiera contestado.

-Dios... ¡Me tenías tan preocupada! ¿Por qué no me contestó ninguna de las dos? ¿O por qué no me enviaste algún mensaje? Son las 2 de la madrugada, Reese Lauren...

-Lo sé, lo sé, lo siento... -me cubrí la cara. Que mi madre usara mi segundo nombre era algo realmente malo. 

En ese momento Nathan despertó de golpe y cuando me vio abrió la boca para hablar, pero alcancé a lanzarme hacia él antes de que mi madre lo escuchara, por lo que quedé acostada sobre su pecho nuevamente.

Rápidamente y casi sin pensar me despedí de mi madre. 

-Bueno... Ya me voy ma, los padres de Diane están durmiendo y eh... no quiero despertar a nadie, de verdad lo siento.

Nathan me miró frunciendo el ceño y ante mi mirada de "cállate o te mato" me comenzó a hacer cosquillas en la cintura.

Ahogué la risa mientras mi mamá comenzaba a blasfemar por el otro lado de la línea. Miré a Nathan con suplicio. Si llegaba a reírme mi mamá realmente me mataría.

-... ¿Me escuchas? Realmente estoy molesta, Reese Hyles. 

-¡Sí, má! -grité y luego cubrí mi boca para no carcajear.

-Te pasaré a buscar en la mañana, y más te vale estar lista temprano. -habló mamá con tono autoritario.

-S-sí, adiós. -dije entre risas.

El ladrón de mi primer besoWhere stories live. Discover now