Buenas noches

5.6K 288 3
                                    

Capítulo: 35

—No sabes cuánto tiempo llevo soñando con esto —murmura cerca de mi oreja.

—¿Con qué?

Besa suavemente el lóbulo de mi oreja, para después morderlo y tirar de el.

—Con poder tenerte entre mis brazos como ahora. Con poder de ti como ahora. Con poder besarte como hace un momento. —Baja el tono de su voz una octava, mientras reparte besos cerca de la oreja.

Comienza a repartir besos húmedos por debajo de la oreja, para ir descendiendo lentamente hasta llegar a mi cuello. Instintivamente intento retirarme, pero él me agarra con fuerza en la cintura para acercarme más a él. Me planta un ligero beso en el cuello, provocando un escalofrío por todo mi cuerpo; se me eriza la piel ante su contacto. Vuelve a besarme el cuello, pero esta vez con besas más prolongados. Siento que mi cuerpo aumenta de temperatura, a causa de sus besos. Inconscientemente muevo mi cuello para proporcionarle un mejor acceso. Él sigue su recorrido por mi cuello, y en algún momento se llega a oír algo parecido a un gemido.

Ian deja de besarme para reír en mi cuello y murmurar—: Vaya, esto parece muy interesante. —Y vuelve a retomar su trabajo.

“Espera. ¿Eso he sido yo?”.

Vale. Esto ya se está convirtiendo en una situación no apta para menores de 18 años.

—Ian, para. —Él no me escucha, por lo que sigue besándome el cuello—. Ian, basta. Lo digo en serio.

Levanta la cabeza de mi cuello y me mira.

—¿Qué pasa?

—Pues que creo que te estás emocionando un poquito. ¿No te parece?

Muestra una pequeña sonrisa.

—Puede que tengas razón.

—Por supuesto que tengo razón.

Nos quedamos en silencio. Él mirándome muy atentamente, y yo mirando a cualquier lugar menos a él. Me siento algo avergonzada y no sé por qué. Necesito recuperar el control de la situación, antes de que esto se me vaya de las manos.

—Ian, ¿te importa apartarte y dejarme bajar? —Le sonrío dulcemente.

Me mira, percatándose por primera vez de la posición tan comprometedora en la que me encuentro.

—¿Y si no quiero?

—Pues entonces te daría un puñetazo tan fuerte, que cuando te mires a la cara no podrás ni reconocerte. —Mantengo mi sonrisa mientras hablo, dándole a entender que para mí, sería algo muy fácil.

Se aparta de mí manteniendo las manos en alto, en muestra de paz. Bajo de la encimera de un salto y me muevo alrededor de esta, hasta dejar la encimera entre nosotros.

Miro al exterior para ver que ya ha oscurecido. He estado aquí ya demasiado tiempo. Tengo que volver a casa para enfriarme un poco y así aclararme las ideas.

—Se me está haciendo tarde. Lo mejor será que vuelva ya a casa.

Camino hasta el salón en busca del casco. Ian me sigue Ian me sigue, interponiéndose en mi camino para poder mirarme.

—¿No puedes quedarte un poco más?

—¿Para qué? ¿Para pasarnos el rato dándonos el lote? Amigo, creo que me confundes con Jennifer y sus amigas.

—Está demasiado oscuro allá afuera. —mira a través de la puerta corrediza que da a la piscina—. ¿Crees que es buena idea qué conduzcas con la moto, tan tarde?

Un toque de rockWhere stories live. Discover now