Fiona

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Capítulo: 62

Junto al resto de estudiantes, Miranda y yo nos dirigimos con rapidez al origen del grito. Se han dispuesto a su alrededor, ansiosos de ver en primera fila la vergüenza ajena. "Ah... adoro el instituto". Logra sacar lo peor de cada uno. Tengo que apartar a varias personas antes de poder llegar. Y lo que me encuentro nada más llegar, me sorprende de muchas maneras. Enfrente de mí se encuentra una Jennifer, cubierta de un tinte verde. Tiñendo tosa la parte superior del cuerpo. La pintura resbalando por ambos brazos y goteado hasta el suelo, formando un charco a sus pies.

Sintiendo la risa burbujeado en mi interior queriendo salir, me toma un gran esfuerzo el controlarme. Observo su taquilla. Dentro, se encuentra el mecanismo que ha transformado a Jennifer en la novia de Shrek. Se trata de un mecanismo complejo, aunque a primera vista parezca simplemente una maqueta o un juguete. La pintura verde también goteaba de su taquilla haciendo un reguero hasta el suelo. Jennifer se frotaba los brazos con lo que parecían ser toallitas, tratando de limpiar su cuerpo. Pero la pintura no se iba. Ahí estaba la gracia de la broma. Durante el tiempo que transcurrió desde que hablamos con Rex hasta ahora, me la pasé preguntándome qué tipo de broma sería la que prepararía. No había sabido nada. Ni una ligera idea. Eso me había tenido toda la noche dando vueltas en la cama; nerviosa por lo que me encontraría al día siguiente. Ahora me alegro de no haber sabido nada.

Y aunque la broma pueda parecer algo muy común y trivial, el que la pintura sea indeleble, hace que sea mucho más divertida. Levanta la vista de su cuerpo y se encuentra co8nmigo, intentando contener la risa. Su expresión cambia a la rabia pura. Y es ahí donde me rompo. Una carcajada sale de mi interior para unirse a las demás. Jennifer intenta acercarse a mí. Sin embargo, resbala con la pintura del suelo y cae hacia atrás. Vuelvo a reírme incluso más fuerte que antes.

Hace tiempo que el timbre anunciando la siguiente clase ha sonado. Pero esto es demasiado divertido como para dejarlo pasar. Las lágrimas se salen de mis ojos sin control, me duele el estómago de tanto reír y temo que tendré agujetas mañana. Jennifer intenta levantarse en varias ocasiones, para volver a resbalar y caer de culo con un ruido sordo. Ella grita y gruñe cada vez que intenta ponerse en pie. Tan absorta me encuentro en el espectáculo de Jennifer, que no me doy cuenta de que algunos profesores se acercan a nosotros con aire enfadado. La gente se dispersa poco a poco para dejarlo pasar.

Al fin Jennifer, con ayuda de una de sus amigas, consigue levantarse. Me mira con un gran odio y desprecio. Ella sabe que la causante de la broma soy yo. Pero no tiene nada contra mí. Me he pasado todo el día evitándola: apartándome de ella cuando la veía cruzar y manteniéndome alejada de su taquilla. Además, no he sido yo quien lo ha montado, por lo que es más que probable que no me castiguen, y no manchar mi —ahora limpio— expediente.

Seth me mira desde una posición ventajosa, en donde ha podido ver todo el espectáculo que ha montado Jennifer, sin ser visto por los profesores. Una sonrisa pícara baila en sus labios. Me enseña su móvil antes de guardárselo en el bolsillo trasero del pantalón. No entiendo lo que quiere decirme con eso. Dejándolo pasar, me centro de nuevo en Jennifer para quedarme alucinada con lo que suelta:

—¡Ha si ella! —dice acusándome con el dedo.

—Eso es mentira. Yo no he hecho nada. —"Simplemente he buscado a alguien para que lo hiciera por mí. Pero eso no tiene porqué saberlo".

—Ha sido ella. Me odia a muerte y quiere humillarme por ello —dice levantando cada vez más la voz—. Sé que ha sido ella. Estoy segura.

—La caída te ha afectado al juicio. Tengo mejores cosas que hacer que convertirte en Fiona, la novia de Shrek.

Un toque de rockWhere stories live. Discover now