Discusión... ¿a causa de un chico?

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Capítulo: 7

Como he dicho antes, tenía la sensación de que iba a intentar volver a entablar conversación conmigo, y no me equivocaba. Cuando pasaron unos minutos, noto que "alguien" me daba unos golpecitos en la espalda. Giro ligeramente la cabeza, intentando que el profesor Raymond no se percatase.

—¿Qué? —digo con un susurro.

—¿Qué hablaste con el director?

—Eso a ti, es algo que no te importa —digo, volviendo la mirada a la pizarra.

"Pero, ¿quién se creía este?". Si el director no le había dicho nada, seria por algo. El profesor escribe lo que parece, una especie de línea cronológica, con nombres de escritores. Vuelvo a sentir los golpes en la espalda, por lo que me giro de nuevo, pero esta vez, más bruscamente.

—¿Qué? —le suelto.

—¿Puedes al menos decirme a que trato se refería el director?

—Como te he dicho antes, le dije que te enseñaría instituto, a cambio de algo. Nada más.

—¿A cambio de qué?

Me quedo mirándolo unos minutos. Esta estrella del rock estaba empezando a sacarme de quicio. "¿Por qué se mete tanto en la vida de los demás?". Pasado un rato digo:

—Si el director no te ha dicho nada, será por algo. ¿No crees?

Veo como su expresión pasa de ser una de curiosidad, a ser una de frustración. Me lanza una mirada envenenada, y fija la vista a la libreta. Yo me giro y me concentro en la explicación del profesor. Pasado un rato, se escuchan unas pequeñas risillas y murmullos, haciendo que el profesor mandara callar. Se volvieron a escuchar murmullos y risillas, pero esta vez, tan bajos que el profesor no los oyó. Me giro para ver a qué venía tanta risilla, para encontrarme con los ojos verdes de Ian. Su profunda mirada me atrapa y me asusta al mismo tiempo, sintiendo que puede ver a través de mi.  Me mira, como si me estuviera estudiando, decidiendo cual va a ser su próximo movimiento. Como un depredador.

Aquella mirada provoca en mi, que sienta un cosquilleo por abajo del vientre... vale, lo confieso, me excita. ¿Cómo no iba a hacerlo? Por dios, que no estoy ciega. Pero eso no quiere decir que por esa razón, me vaya a poner a babear por él como un perrito siguiendo a su amo. Quiero tenerme un poco de respeto.

Entonces, Ian suelta una risa y fija la mirada a su cuaderno.

"¿De qué se ríe?".

Ian me desconcierta. Y por su forma de actuar, veo que quiere intentar acercarse a mí. Quizás no debería de ser tan desagradable. Pero, es que simplemente... es difícil.

De pronto suena el timbre, haciendo finalizar la clase. No me apunto los ejercicios que manda el profesor, no me importaban; luego se los pediría a Miranda. Recojo mis cosas, y levantándome, me pongo enfrente de la mesa de Ian. Él levanta la cabeza para mirarme a los ojos, haciendo que algunos de sus mechones taparan sus ojos esmeralda.

—¿Qué clase tienes ahora? —pregunto.

A lo primero no reacciona, pero luego mira en su mochila y saca una hoja que me entrega. Miro la hoja y ve que es su horario. La siguiente clase que tiene es Química.

"Vaya, también va conmigo a esta clase...".

—Parece que también estás conmigo en Química —digo mientras sigo mirando su horario, para ver cuáles más tenemos en común. "Parece que también coincidimos en Historia". Esas dos junto con las comunes, hacia que tuviera ocho clases en común con él. No sé si eso es algo bueno o algo malo.

Un toque de rockWhere stories live. Discover now