Capitulo 119

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Volví una vez más y ahora con mi laptop, ya encontré el cargador de la computadora, y por lo mismo quise reescribir el capítulo porque sinceramente no me gusto mucho como había quedado. 

Ninguno de los de quinto año habló mucho durante el desayunando el día siguiente, Parvati estaba practicando encantamientos en susurros mientras el salero de delante de ella se cayó bruscamente; Hermione estaba releyendo los Logros en Encantamientos tan rápido que sus ojos parecían borrosos; y Neville siguió dejando caer su cuchillo y tenedor y golpeando encima de la mermelada.

Una vez que terminó el desayuno, los de quinto y séptimo año se arremolinaron alrededor del Vestíbulo de la Entrada mientras los otros estudiantes se marchaban a las clases; entonces, a las nueve y media, ellos fueron llamados  por la clase para re-entrar en el Gran Vestíbulo que se había reestructurado exactamente como Harry lo había visto en el Pensieve cuando su padre, Sirius y Snape habían estado haciendo sus TIMOs; las cuatro mesas de la casa habían sido alejadas y las habían reemplazado en cambio con muchas mesas personales, todas de cara a la mesa de los profesores al fondo del vestíbulo donde la Profesora McGonagall permanecía mirándoles. Cuando todos estaban sentados y sosegados, ella dijo, 'Pueden empezar', y le dio la vuelta a un enorme reloj de arena sobre el escritorio al lado de ella en el que había también plumas de repuesto, botellas de tinta y rollos de pergamino.

-*-

Venus a la que le habían invertido sus horarios en aquel momento estaba leyendo un aburrido libro que le habia dado su padrino para que según estudiara, pero la verdad es que ella no le prestaba ni la más mínima atención a lo que estaba leyendo.

Pensaba en otras cosas, ella no sabía cómo era posible que hubiera olvidado su primer año de vida, junto a su padre.

Claro que ella no creía que el fuera taaan malo, ósea si, habia matado a los padres de Potter pero, era por una buena razón, para que no muriera él y pudiera estar más tiempo con ella.

O tal vez, era solo que ella estaba divagando de una horrible manera por el estrés de los exámenes y avergonzada puso atención a su libro, Dumbledore estaría muy decepcionado de ella si no pasaba los exámenes.

— ¿Tomando el sol? —pregunto una voz a su espalda.

—Supongo.

—Nadie sabe que estas aquí.

—Nadie lo sabía y bueno ahora lo sabes tú.

—Malfoy se pondría muy contento si lo supiera.

—Si claro, él estaría muy feliz.

—He de confesar que yo también estoy feliz de verte.

—Vamos— dijo la pelinegra al fin volteando a ver al chico con el que hablaba. — Ni siquiera te conozco.

—Eso no significa que yo no te conozca a ti.

—Touché. Soy Venus, aunque ya lo debes saber.

—Yo soy Shawn.

— ¿De qué casa eres?

—Slytherin.

—Nunca te habia visto. No se puedo olvidar un chico tan guapo fácilmente.

—Pues gracias, simplemente no quería que me vieras pero casi siempre estuve cerca, más cerca de lo que te imaginas.

—Eso es extraño...

—Soné muy acosador ¿no?

—Algo si— dijo y solo una risita tonta, de esas que tanto odiaba cuando Pansy coqueteaba con Draco.

— ¿Qué haces aquí?

—Bueno, como nadie sabe que estoy aquí, los exámenes los presentare por la tarde.

— ¿Y los prácticos?

—Por la noche... ¿tú no deberías estar en los exámenes?

—Sí, de hecho solo fui un minuto al baño y fue cuando te vi. Platicamos en otro momento.

Dijo y se fue, corriendo hacia el salón donde estaba haciendo su examen, ella tenía que admitir que ese chico era guapo, más que guapo. Hermoso.

-*-

Por la tarde, como lo habia prometido, se presentó a la sala en la que ya la esperaba el profesor que le aplicaría su primer examen para su desgracia no sería McGonagall quien se lo aplicaría, ya que ella estaba aplicando en esos momentos el examen práctico. Se giró hacia su papel, su corazón latía con dificultad, sin embargo centró sus ojos en la primera pregunta:

a) Diga el encantamiento y b) describa el movimiento de la varita necesario para hacer volar a los objetos.

Venus tuvo el recuerdo fugaz de un vaso de agua volando alto en el aire y aterrizando en la cabeza rubia de la gemela malvada... sonriendo ligeramente, ella se agachó sobre el papel y empezó a escribir.

Unas horas después por fin llamaron a Alec, quien, tembloroso, salió de la cámara dejando a Venus sola, y como los que ya habían hecho el examen no regresaban a la cámara Venus no sabría cómo le había ido a su amigo hasta más en la tarde por no decir que lo vería hasta la noche.

La chica no dudo de que lo haría de la mejor manera. Así era su amigo, siempre sacaba las mejores calificaciones. Más pronto que tarde el profesor Flitwick la llamo. Venus entró en el Gran Comedor tomando tan fuerte su varita que le temblaba la mano.

—El profesor Tofty está libre, Weasley —le indicó con su voz chillona el profesor Flitwick, que se hallaba de pie junto a la puerta. Y señaló al examinador más anciano y más calvo, que estaba sentado detrás de una mesita, en un rincón Alejado.

—Weasley, ¿verdad? —preguntó el profesor Tofty consultando sus notas, y miró a Venus
por encima de sus anteojos al verla acercarse—. ¿La famosa Weasley?

—No creo que sea muy famosa señor—dijo y le dedico una sonrisa sincera.

—Eso es —dijo con su temblorosa voz—, no tienes por qué ponerte nerviosa. Bueno, me
gustaría que tomaras esta huevera y le hicieras dar unas cuantas volteretas.


La Promesa De Una WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora