Capítulo 75

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Aquí esta la tercera parte del maratón, mañana se sube la ultima parte. Y ya tenemos el grupo de Whatsapp, si quieren unirse tan solo manden un mensaje privado con su número.  

—Yo sé Fizzy, que tú, sabes mucho de criaturas feroces, y yo tengo interés en una de esas que seguro tú conoces.

—Solo tienes que pedir lo que quieras portadora y yo cumpliré.

—Háblame de la Quimera

—Comúnmente es una bestia que, según, es tres animales específicos, un león, un dragón y una cabra. Sin embargo esta se puede presentar de muchas maneras, pero sin duda la Quimera original es muy feroz, feroz y altamente peligrosa por ser un ser en su mayoría carnívoro.

— ¿Se puede domesticar?

—Es complicado pero no imposible.

— ¿Cómo lo hago?

—Tienes que desafiarla.

— ¿Desafiarla?

—Sí, es necesario que le propongas una pelea. Y claro siempre con premios que puedan ser atractivos para la Quimera. Aunque nunca te negara una pelea, es un tema de orgullo de Dragón.

—Entonces vamos a proponerle una pelea.

—Claro pero antes tienes que encontrar donde habita.

— ¿Dónde la encuentro?

—Es difícil decirlo con exactitud, al ser parte león tendría que querer estar en una manada, pero la parte del dragón prefiere ser solitario. Así que tenemos que buscarlo.

-*-

—Dumbledore quiere que dejes de tener esos sueños sobre Voldemort—dijo Hermione de inmediato —Bueno, tú no lamentarás no tenerlos, ¿cierto?

— ¿Clases adicionales con Snape? —Dijo Ron horrorizado — ¡tendrá más pesadillas!

—Todos entendemos que yo deba tomar esas clases, pero no entiendo porque Venus tiene que hacerlo.

—Eso tenemos que averiguarlo, es muy extraño.

Debían volver a Hogwarts en el Autobús Noctámbulo al día siguiente, escoltados de nuevo por Tonks y Lupin, ambos estaban desayunando en la cocina cuando Harry, Ron y Hermione bajaron en la mañana.

Los adultos parecen haber sido interrumpidos durante una conservación murmurada cuando Harry abrió la puerta; uno de ellos miró alrededor apresurado y cayendo silenciosamente.

Después de un desayuno apresurado, todos se pusieron las chaquetas(o chamarras) y las bufandas en contra de la fría mañana gris de Enero. Harry tenía una desagradable sensación de arrepentimiento en su pecho; no se quería despedir de Sirius.

Había tenido un mal presentimiento respecto a su partida; no sabía cuándo se verían de nuevo y sentía que era inconveniente decirle a Sirius algo para detenerlo de hacer algo estúpido.

Harry estaba preocupado que la acusación de Snape de cobardía haya ofendido a Sirius tan mal que quizás ahora estaría planeando algún viaje tonto más allá de Grimmauld Place. Antes de que él pudiera pensar en que decir, sin embargo, Sirius lo había atraído a su lado.

—Quiero que te lleves esto—dijo tranquilamente, confiándole un paquete rugoso mal forrado del tamaño de un libro de bolsillo en las manos de Harry.

-*-

Después de haber comido Venus se sentía más confiada que antes. Era cierto que estaba confiándose mucho más de lo debidamente necesario, pero la chica tenía mucho ego para dar y regalar. Algo que a veces era malo.

Darcy y Fizzy se encontraban dormidas en una casa de campaña que Alec llevaba con él, aun no sabía cómo era que iba ganarle a esa bestia sin tener que matarla. Tenía que ayudarse de algo que no fuera su varita.

Con ayuda de su varita hizo aparecer la espada que habia usado contra la Manticora una vez más la espada con empuñadura negra y en forma de serpiente, estaba en manos de la chica, la tomo con cuidado, como si estuviera hecha de cristal y con cualquier movimiento brusco pudiera romperse.

La empuño como si su vida dependiera de aquella espada, y en cierta forma lo hacía, su vida dependía de esa plateada espada.

Fizzy, que habia despertado, veía desde un pequeño hoyo que tenía la casa de campaña a su portadora, la nueva apariencia de Venus era increíble, contemplaba como la chica manejaba aquella espada con tanta facilidad como si desde pequeña hubiera tenido una. Era increíble ver a Aluminé concentrada en todo y a la misma vez en nada.

Desde lejos Fizzy y Darcy observaban con admiración a su chica; buenas o malas, no importaba la esencia que tenían, estaban orgullosas de Venus. Y la chica a pesar de corta edad estaba lista para muchas cosas, no era en vano que fuera hija del Señor Tenebroso.

-*-

En Hogwarts Astrid McGraw se encontraba en la biblioteca, habia quedado de encontrarse con un chico que afirmaba le tenía una solución para quitarse de encima a Shirley que seguía atormentando a Astrid para que se alejara de Venus y su amado Alec.

No confiaba en él, era de Slytherin. Dave Miller era un chico alto, delgado pero con un poco de músculos, ya que en los veranos se ejercitaba, su cabello era negro y sus ojos de un común azul.

Llego justo a tiempo y tomo asiento junto a Astrid, no hablarían, solo se mandarían notas esperando que así pudiera convencer a aquella, idiota, chica de matar por fin a Shirley, en efecto era su prima, pero ya era momento de que dejara de molestarlo.

¿Qué me ofreces?

Es una poción

¿Para que me serviría una poción?

Es algo muy simple. Para deshacerte de ella


La Promesa De Una WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora