25-Oportunidades

159 20 2
                                    

Dedicado a: @thunderstorms75 @Nemaglo @megustomepegue @licelot_diaz ¡Gracias por votar y comentar!

El resto de la mañana lo pasamos entre bromas y anécdotas sin sentido.

También me había explicado que la habitación tenía baño propio, al parecer no me había notado una puerta en otro de los rincones.

Me explico que estaban las cuatro comidas, aunque eran raciones pequeñas, que cada día por medio, traían una muda de ropa para cambiarnos.

No sonaba tan mal, solo que nada se comparaba con la libertar.

-Y como cortaste con tu última novia- quise saber.

La conversación ya había tomado un rumbo más personal, y luego de haberle relatado mi horrible decepción amorosa y tener que soportar sus burlas, era mi turno.

-En realidad...- el ruido de la cerradura lo interrumpió.

Inmediatamente nuestra atención se dirigió a la puerta.

Cuando vi a la persona que se encontraba parada en el umbral, sentí un nudo en el pecho.

-Hola Brenda- dijo con tono cantalín y luego entro a la habitación mientras la inspeccionaba con altanería -Recuerdo haberte dicho alguna vez que la vida nos volvería a juntar y mira, acá estamos nuevamente- su tono sonaba amenazante, pero no me quedaría callada

-Sí, yo también lo recuerdo, aunque creo que ambos nos tragamos parte de nuestras palabras ¿No te parece?, Rodrigo- sé que mi respuesta lo enfureció, porque apretó los puños a sus costados, pero enseguida volvió a su postura burlona

-Sí, tienes razón- respondió con indiferencia y se acerco hasta la ventana para mirar hacia afuera.

Instintivamente mire hacia la puerta, pero como era de esperarse, un guardia la tapaba.

-Es increíble las vueltas que puede llegar a dar la vida ¿no te parece?- su tono arrogante, volvió a llamar mi atención. Cuando mire hacia la ventana, lo encontré en la misma posición: mirando el horizonte como si anhelara algo.

-La verdad es que sí, hace dos semanas atrás, estaba en mi casa, aburrida y ahora estoy acá, secuestrada por "alguien muy pesado en el mercado de la ilegalidad"- recité recordando las palabras que me había dicho aquel día.

Solo asintió y se quedo unos minutos en silencio hasta que volvió a hablar

-Bueno, seguramente se preguntaran que es lo que hago acá- pregunto con egocentrismo y yo negué con la cabeza

-La verdad que no, solo quiero que desaparezcas, no me importaba para nada tu presencia en el mismo lugar que yo- respondí con una sonrisa claramente falsa.

Gonzalo, que se encontraba sentado a mi lado sobre el mismo colchón, me dedico una mirada temeraria, como queriéndome decir que había sido una mala elección de palabras.

-Wow, papá tenía razón cuando dijo que tenias agallas, pero citare su frase "en situaciones como estas, las agallas solo sirve para meterte en problemas", una muy real por cierto, y si no me crees, pregúntaselo a tu nuevo amiguito- lo mire confusa y el señalo a Gonzalo, que ahora mantenía la cabeza baja -Luego te arrepentirás de todo esto, ya verás- cuando volví a mirarlo, Rodrigo ya estaba de espaldas a mí, cruzando la puerta y fue ahí cuando una loca, pero tentadora idea, surco mi mente. 

Sin meditarlo demasiado, corrí hasta el, ignorando los gritos de Gonzalo, y lo golpee en la cabeza logrando derribarlo, al mismo tiempo que me desasía del guardia con un fuerte codazo en su rostro, que lo desorientó por unos segundos.

Mi locura, tu salvación|✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora