14-Cercania a la muerte

187 21 5
                                    


Bajo la mirada atenta de Bruno, Daniel me dio tres hojas en las que, según él, se encontraban los nombres con sus respectivas ubicaciones.

-Están ordenadas del menos al más peligroso ¿Entendido?- yo asentí -Y recuerda el trato: silencio total- volví a asentir y Bruno soltó un bufido

-Es increíble que le estés dando ese tipo de información a alguien así- espeto mirándome con desprecio.

Ya me estaba cansando y eso fue la gota que rebalso el vaso.

Sin que llegara a reaccionar, ya lo tenía tomado del cuello de la camisa y Daniel parecía divertido ante la situación

-¿A qué te refieres con "alguien así"?- pregunte, mientras golpeaba su espalda contra la pared. Estaba tan consternado ante mi repentina reacción, que ni siquiera reaccionaba -¿Es porque golpee tu nariz y la tienes como Rodolfo? ¿O por que Daniel me está haciendo más caso a mí que a ti?- esas palabras hicieron que volviera a tierra y esta vez fue él, quien me tomo de los hombros y me pego contra la pared, para luego poner sus robustos brazos a los lados de mi cabeza.

-Repite lo que acabas de decir- ordeno desafiante.

Su aliento chocaba contra mi rostro y me hacia poder nerviosa.

Por un momento pensé la idea de hacerle caso, pero luego me recordé que ellos aun me tenían secuestrada, y no tenía intenciones de jugar con fuego.

-¿Y?- pregunto con tono burlón, al notar mi silencio -¿Dónde quedo la valentía de hace unos minutos?- rio si ganas -No eres más que una niña tonta, con un tío importante- esas palabras se sintieron como una puñalada

-Para que lo sepas, el único que se está comportando como un niño eres...- en el momento que mis ojos hicieron contacto con los suyos, la vi. Solo fue un segundo, pero la vi.

Me quede ahí, congelada y con la mitad del discurso en la boca ¿Acaso era posible que Bruno...? ¡No!, claro que no, aunque...su actitud, sus ojos, su cabello...

Mi cara seguramente era épica, porque Bruno cambio su ceño fruncido, por uno más relajado, dejando a la vista su preocupación

-¿Qué es lo que te pasa, mujer? Estas pálida, como si acabaras de ver un fantasma- dijo mientras bajaba las manos hasta mis hombros.

Sus facciones delicadas, sus cambios de humor...

-Tu...tu...- la sorpresa no me dejaba decir una frase coherente

Daniel, que hasta entonces se había mantenido al margen, se acerco a mí, con una cara de preocupación, mayor que la de Bruno.

-¿Quieres explicarnos que es lo que te pasa?- pregunto inquieto, mientras colocaba la palma de su mano sobre mi frente, para comprobar que no tuviese fiebre, sin embargo, toda mi atención estaba en los ojos azules del rubio.

Los brazos que me estaban sosteniendo firmemente de los hombros, empezaron a zamarrearme para volverme a la realidad.

Tomo una gran bocanada de aire y cerré los ojos tratando de encontrar algún detalle que me haga dudar, pero no, todo encajaba a la perfección.

-Bruno- el mencionado, me miro mientras soltaba un suspiro de alivio -¿Tú...tú conoces a Megan Olivera?-inmediatamente su expresión paso a una de asombro, para luego volver su rostro amenazante.

Sus ojos se volvieron más oscuros y sus manos se ajustaron de modo doloroso sobre mis hombros, haciéndome soltar un chillido.

-¿Qué es lo que sabes sobre eso?- pregunto con calma, queriendo contener una ira demasiado evidente.

Mi locura, tu salvación|✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora