12-Secuestrada

221 24 3
                                    


¡Holaa! ¡Volví! Sé que tardo en actualizar (-_-), pero por eso que compensare con un maratón:D. Puede ser que encuentren algunos errores, pero mi ortografía no es de lo mejor y el Word a veces corrige cualquier cosa (No alcance a releerlos).

Me encontraba en el callejón de los cuerpos, pero esta vez había algo diferente. El cuerpo de la mujer seguía en el mismo lugar, al igual que el del novato, sin embargo la sensación era distinta.

El cielo estaba gris y parecía que en cualquier momento se largaría a llover.

Y así paso.

Las gotas empezaron a caer sobre mi cuerpo, solo que en vez de ser cristalinas, eran de un color opaco, carmesí para ser específicos, además de que su densidad era mayor que la normal.

Recorrí el lugar con la mirada y pude ver como todo a mí alrededor empezaba a teñirse de escarlata.

Al mirar mis manos teñidas, analice el liquido y descubrí con horror, que se trataba de sangre, pero ¿Qué estaba pasando?

Antes de que pudiese sacar alguna conclusión, los cuerpos de la pila empezaron a moverse ¿Era eso posible?

Empezaron a desenredarse de las incomodas posiciones y luego a arrastrarse en mi dirección, como intentando pedirme ayuda.

Me fregué los ojos, tratando de creer que se trataba de una alucinación, pero al abrirlos nuevamente, me encontré con la misma imagen.

Los cuerpos eran de ellos, pero solo emitían sonidos lastimeros y al prestar atención a sus ojos ahogue un grito.

El lugar que debía ser ocupado por el globo ocular, estaba vacío, oscuro.

Lleve las manos a mi boca y quise alejarme pero mis pies parecían clavados en el suelo, quise gritar, pero por alguna razón no podía emitir ningún sonido.

Veía como los cuerpos sin alma se me acercaban más y más y yo no podía hacer nada para defenderme, estaba ahí, sin poder moverme ni gritar.

Entonces vino el llanto.

Las lágrimas empezaron a descender por mis mejillas, y el miedo se iba incrementando a cada centímetro que se me acercaban.

Siguieron arrastrándose, hasta que uno llego a mi lado y toco mi pierna.

Su tacto era frio, helado, pero al mismo tiempo quemaba sobre mi piel.

Luego, vi como acerco su boca a mi pierna y fue entonces cuando logre soltar ese grito que había tenido retenido.

Inmediatamente la horrible escena empezó a desvanecerse.

Desperté sobresaltada y con el corazón, yéndome a mil por segundo.

Aun podía sentir la impresión de sus dedos fríos sobre mi piel y me enviaba escalofrió por todo el cuerpo.

Mi respiración se normalizo, al igual que mi ritmo cardiaco, cuando caí en la cuenta de que todo había sido una pesadilla.

Lo primero que pude ver fue una habitación.

Era pequeña y estaba iluminada tenuemente por una ventana en lo alto. Mire las paredes, se notaba que en algún tiempo habían sido blancas, pero ahora estaban cubiertas de suciedad y manchas de humedad, al otro lado alcance a divisar una puerta. ¿Cómo había terminado allí?

Me encontraba sentada en el frio suelo y sin dudarlo corrí hacia ella, pero un jalón en el tobillo, me derrumbo haciendo que mi cara golpeara el suelo, antes que pudiese apoyar las manos.

Me queje por el dolor y mire mi pie, para darme cuenta que se encontraba amarrado a un aro encastrado en la pared, entonces las imágenes volvieron a mi mente.

El cuerpo de la mujer, el golpe en la cabeza, y luego la lluvia de sangre y los cuerpos.

Había despertado de una pesadilla, para encontrarme con otra.

Me senté en el suelo nuevamente e inspeccione la atadura de mi pie.

Tenía el tobillo rodeado por una especie de grillete que se encontraba soldado a una cadena. Trate de encontrar algún eslabón deteriorado o algún desperfecto, pero todo fue en vano, las ligaduras estaban en perfectas condiciones.

Maldije, una y otra vez, el momento en el que pensé que volver sería una buena idea ¿es que acaso nunca me cansaría de tomar malas decisiones? Al parecer no.

El sonido de una cerradura me saco de mis pensamientos.

Al dirigir mi vista hacia la puerta, me encontré con que estaba abierta y una silueta masculina encapuchada, descansaba su hombro sobre el marco de la misma, con una bandeja en las manos.

-Hasta que al fin, despiertas, empezaba a creer que no lo harías hasta dentro de tres días- dijo con una voz grave, mientras se acercaba y dejaba la bandeja junto a mí, en el suelo.

En ella se veía un vaso descartable con café caliente, un pan que parecía regularmente blando y bizcochos.

Levante la mirada de esa especie de desayuno y la dirigí hasta el sujeto de la capucha.

-¿Qué se supone que es esto?- le pregunte algo confundida por su amabilidad

-Tu merienda- respondió con tono obvio -Creí que después de dormir casi un día completo, tal vez tendrías hambre-

¿Había dicho casi un día completo?

Toque mi cabeza, en la zona que había recibido el golpe, e hice una mueca de dolor, al notar que todavía estaba inflamada y dolía.

-¿Y porque me alimentas tan bien, después de golpearme y encerrarme en este lugar?- el iba a responder, pero lo interrumpí -¡Oh, ya se! ¿Tiene veneno, cierto? Porque eso lo explicaría todo-

No podía ver su rostro, pero podía jurar que estaba sonriendo

-Eres rara ¿lo sabías?- pregunto después de unos segundos en silencio y luego se arrodillo junto a mi

Su reacción me desencajo un poco pero no me corrí, no quería estar sola en ese lugar y además tenía la sensación de que podía confiar en él.

-¿Y por qué lo dices?- quise saber mientras miraba los bizcochos y se me hacia agua la boca. De verdad tenía hambre... y mucha.

Él pareció notar mi reacción, porque tomo uno y busco mi mano, para después colocarlo en ella.

Lo mire dudosa y el asintió, entonces lo lleve a mi boca y no pude evitar soltar un gemido de placer.

Mi acompañante soltó un suspiro y entonces volví a la realidad. Al mirarlo, me encontré con que me estaba observando fijamente.

-Y bien- dije mientras daba un sorbo al café, algo incomoda

Se quedo unos segundos en silencio, como si estuviera pensando

-No quise decir que eras rara, sino mas bien eres diferente- lo mire interesada por sus palabras -Cualquier otra chica estaría gritando enloquecida o llorando en un rincón, en cambio tu estas serena, en calma, como si no te afectara el hecho de estar secuestrada-

Quede con el vaso congelado en el aire, reflexionando cada una de sus palabras.

Tenía razón, había estado tan ocupada en regañarme mentalmente, que no había tomado en cuenta las dimensiones de la situación.

¡Estaba SECUESTRADA y yo merendando tranquilamente!

¡¡No olviden dejar su estrellita y comentario!!

Mi locura, tu salvación|✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora