Bienvenida a casa

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Anderson llevo mi equipaje y me encontré con un montón de personas revoloteando por toda la casa.

Y en realidad ya no lucia como mi casa, en lugar de los muebles victorianos del recibidor y las estanterías de licores y los muebles en la sala principal. Todo había sido retirado. Las enormes puertas francesas que daban al primer jardín al lado de la casa estaban abiertas y todo afuera era blanco.

Había una enorme tienda -pero solo una- con unas cuantas sillas y una pasarela que llevaba a una pequeña plataforma con un arco de rosas rojas y un atrio.

Deje de mirar si seguí adelante. Salude varios miembros del personal que conocía y fui derecho a mi habitación.

Puede que en Londres fuera el medio día pero en mi mente estaba de madrugada. Y bendito sea el jetlag, porque me dio una excusa para evitar a mi madre por un poco mas de tiempo.

Por desgracia, no lo suficiente.

-que tal tu vuelo?- pregunto en la cena

El enorme comedor de doce plazas era un ridículo mueble que usar cuando solo eramos dos.

-bien, gracias- y seguí comiendo. Eran solo un montón de texturas y nada de sabor.

-la modista esta aquí. Así que necesitó que te pruebes el vestido-

Asenti

-cuando conoceré a tu prometido?- escupi - o él se mantendrá en secreto por mas tiempo que la boda?-

Mi mamá ignoro mi tono y a mi en general mientras seguía comiendo.

-de retraso. Tuvo una reunión de ultimo minuto a la que asistir, pero mas tarde haré las presentaciones-

Más personal se movió alrededor de nosotros, yendo y viniendo de aquí para allá llevando y trayendo cosas.

La cena trascurrió en un silencio que me fueron ganas de estrellar mi cabeza cintra la mesa.

Cuando terminamos mi mamá me guió al estudio de mi padre o el que solía ser su estudio porque ahora estaba lleno de muestras, arreglos florales y listones.

Parpadee rápidamente intentando apartar las lágrimas, era como si mi madre planeara borrar su rastro de esta casa.

La modista era una señora ya entrada en años, con su cabello gris sedoso y brillante pero sin perder su garbo.

Me entrego un vestido en un horrible color melocotón que en mi piel pálida me haría lucir como si estuviera enferma.

Y mi madre lo sabia.

Las mangas 3/4 de vestido eran amplias y con volados. Un Escoté en forma de V que no revelaba mucho y por ultimo un falda amplia y larga... También con volados.

Me veía ridícula.

-le queda perfecto. Solo tengo que ajustarlo un poco mas en su cintura y estará listo para usarlo- la modista se veía entusiasmada.

Bien. Ella era la única persona de la que mi madre obtendría esa reacción.

-Bien- mi madre asintió y yo fue a cambiarme.

Me entraron ganas de rasgar el vestido y tirarselo en la cara.

No lo hice.

-¿por qué?- le pregunte con honesta sinceridad, sin ocultar mi desazón.

La modista se había ido.

Mi madre arqueo una perfecta ceja

-¿cómo te atreves a reemplazar a papá?-

La expresión de mi madre se endureció -tu no sabes de lo que tablas así que solo quedate callada y actúa tan servil y dócil como se debe-

Su tono mordaz y palabras venenosas me hicieron retroceder

-soy tu hija!- grite -te casas y yo a penas y me doy cuenta. Ni si quiera conozco al que elegiste como reemplazo de papá-

Ella cerro la distancia entre nosotras con dos elegante y eficientes zancadas y me abofeteó

Mis ojos estaban muy abiertos y mi rostro se quedo mirando a la izquierda, mi mejilla derecha comenzaba a arder.

-no hables de lo que no sabes. Aun soy joven y si quiero volver a casarme es una decisión que no es de tu incumbencia. Tu solo cumple con tu deber de estar aquí y luce feliz por mi-

-que encuentres a alguien mas no es mi problema- Murmuré -tienes derecho a reconstruir tu vida. Pero ¿por que ocultarlo de mi? Soy tu hija, al menos debería conocer a la persona que vas a traer a vivir a nuestra casa!-

-tu te marchaste-

-sigue siendo mi casa tanto como tuya-

-me canse de discutir. Estas cansada, ve a dormir-

-no soy una niñita!- le grite y le arroje el vestido a los pies -sigue con tu circo, pero yo no seré uno de tus monos bailarines-

Me di la vuelta y camine, despacio pero con paso seguro. No le daría la satisfacción de verme correr, de ver mis lágrimas.

Definitivamente no le daría la satisfacción de ver cuanto me afectaba.

Le envíe un texto a Anderson y rápidamente me contesto que el auto estaba aparcado afuera y que el se encargaría del equipaje.

Una vez fuera del pasillo. Me di el lujo de correr por las escaleras

-estas bien?- la voz masculina me sorprendió y descuidadamente limpie mis mejillas con mis palmas

-si, gracias- el hombre usaba unos pantalones de vestir negro y una camisa blanca. -por favor podría decirle a la señora de la casa que su hija se marcho-

Sus ojos mieles y cabello dorado eran... Sacudió mi cabeza, no tenía tiempo para babear sobre un empleado.

-esta bien?- preguntó una vez mas y algo en la parte de atrás de mi cerebro cosquilleo

Las ganas de llorar estrujaron mi garganta y me privaron de mi voz

Su mano, grande y de dedos largos, bien cuidada, se acerco a mi rostro y de inmediato me aparte.

-su mejilla- dijo, como si lo explicara todo

Me cubrí con una mano -estoy bien. Por favor solo dele la razón a mi madre-

Anderson apareció y él hombre miro sobre su hombro

Cuando sus ojos miles volvieron a posarse en mi rostro, se oscurecieron. Y di otro paso atrás, la ira en su mirada activo mi instinto de supervivencia y me urgió a huir.

-se lo diré- dijo en tono duró

Asenti -gracias- mi voz sonaban pequeña y débil.

El hombre intento acercarse nuevamente pero Anderson llego a mi lado y se interpuso entre el hombre y yo.

-todo esta listo,señorita-

Y deje que me guiara a la salida, agradecida de que me ofreciera su cuerpo como apoyo, pirque estaba demasiado cansada y débil para sostenerme por mi misma.

-¿donde la llevo, señorita?- me preguntó, una vez en el auto.

-con Isadora, por favor- y mientras el conducía, yo llame al unico refugio que tenia en esta ciudad.




Censura (a forbidden love story #4)Where stories live. Discover now