-Es una excelente idea -Namjoon le guiñó un ojo.



Pese al dinero que el pelirosa había tenido que echar de su billetera, lo borracha que había terminado Julie, y el hecho de que él la había llevado en coche hasta su casa... Bueno, pese a todo eso esa noche no tuvieron sexo. Pero estaba bien, ¡estaba más que bien!, porque de esa forma primero lograría que ella confiara en él. 

Ya había hecho esa táctica antes, y aunque aún no se había acostado con él, estaba a punto.

Sin embargo, era Namjoon. Y Namjoon jamás se quedaba con una calentura entre las piernas.

Tomó su celular y marcó el primer número de la lista.

-¿Hola? ¿Ahro, dulzura? -se sonrió a sí mismo-. ¿Están tus padres en casa?



Seokjin había terminado el dorama por fin, entre lágrimas, pañuelos, mocos, pastel de chocolate medio seco de Jungkook (era la última porción) y un revoltijo de almohadones en el suelo, en su espalda, sus pies, su cuello y su regazo. Prácticamente estaba echo una anciana de esas que lloran con las cosas que ven en televisión; pero es que ese particularmente había estado tan jodidamente bueno. En serio, Jin se había llorado el alma y espírtu aquel último episodio.

-¿Y ahora? -se preguntó a sí mismo en voz alta, tomando el control y apagando el televisor-. ¿Y ahora qué hago con mi vida?

Porque si bien él había terminado muchos, muchísimos doramas muy buenos y tristes; aún no había descubierto cómo hacer para seguir con su vida ni bien terminarlos. Una sensación de vacío lo apuñalaba en el pecho, mientras que una felicidad tonta lo arrullaba. Era como egresarse del instituto, o preparar una comida con demasiada pimienta y que, sin embargo, los clientes te alaben por tal maravillosa delicia. 

Lo mejor que podía hacer en ese momento era... bueno... Prepararse un té.

Puso agua en la pava, luego prendió la hornilla, la pava en el fuego... Frunció el entrecejo... Salió de la cocina, acomodó los almohadones, limpió las migas, lavó el plato vacío... Frunció aún más el ceño... El agua hirvió, la pava silbó, se preparó un té. Le puso tres de azúcar y...

-No puede ser -murmuró, afligido.

Había hecho absolutamente todo sin darse cuenta, y también se estaba bebiendo el té caliente sin darse cuenta, y también estaba apoyado en la mesada mirando cómo la gente caminaba detrás de la ventana de su cocina y... Y... ¡Y todo era tan malditamente robótico! Ver doramas, prepararse té, limpiar su casa y luego, finalmente, sentirse dichoso bebiéndose la infusión mientras miraba la nada; sabiendo de antemano lo que sucedería cuando se terminase el té: no haría nada. ¿Los exámenes? Los había pasado todos y planeaba tomarse un descanso de... Bueno, una semana; hasta tener que volver a repasar para no perderse. ¿El trabajo? Seokjin trabajaba a la mañana y a la tarde-noche, por lo que le quedaban un par de horas intermedias en las que no tenía absolutamente nada que hacer más que... Bueno, estudiar y mirar los doramas. ¡Pero el dorama ya había terminado! Oficialmente, no tenía nada que hacer; y si tuviera sería sencillamente lo mismo de siempre. ¿Cuándo se había convertido en una persona tan aburrida? ¿O era, acaso, que siempre había sido así?

Seokjin salió de la cocina, llevándose la taza consigo, y se metió en su cuarto. Metió la mano debajo del colchón y sacó un pequeño maletín. Lo abrió. Allí estaba todo su precioso dinero, aquel que venía ahorrando desde los dieciocho para hacerse su propio restaurante. ¿Qué sucedía? No estaba ni un poquito cerca. ¡Ni un poquito! El alquiler había subido, la comida había subido, la ropa había subido y ese infierno era terriblemente frío, ¡¡¡tanto como todos los anteriores de toda su vida!!! 

My Sweet Prince [Namjin// Yoonmin// Vhope]©Where stories live. Discover now