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-¿Yoongi? -inquirió Hoseok, con un deje aburrido de advertencia en la voz.

-Cierra la boca -replicó el aludido, de mala gana.

Hizo un rollo con el billete y lo posicionó en su fosa nasal, para luego aspirar con fluidez la línea de polvo que había dejado estratégicamente a un costado del lavamanos. Oyó vagamente cómo su amigo abría la puerta del baño para marcharse, sin más preámbulos, aunque poco le importaba. Sintió rápidamente como el efecto le llegaba a la sangre, y echó la cabeza hacia atrás para ahogar un suspiro. Sin embargo, cuando giró la cabeza hacia un costado supo que alguien más presenciaba la escena. 

Un muchacho que no conocía, ni quería conocer, lo miraba con la boca abierta, petrificado.

-Maldita sea, Hoseok -Yoongi cerró la puerta de un portazo, cortando así con el incómodo contacto visual de aquel extraño.

Si a él le gustaba meterse mierdas, era su problema y de nadie más.



Hoseok salió del baño y se dirigió rápidamente al piso de abajo, con la música muy fuerte repiqueteándole en los tímpanos. Sonrió, como de costumbre, a todo aquel que pasara a su lado y se adentró en la muchedumbre que bailaba en la pista. 

-¡Eh, J Hope! -una muchacha se le acercó, bailando, y movió su trasero muy cerca de su miembro.

No era una completa desconocida, eran antiguos compañeros de instituto.

El muchacho se rió y aceptó su baile sin preámbulos.

-Oye... -la chica se giró para que el muchacho pudiera ver su rostro-. ¿Viste al chico de allá?

Hoseok rebuscó con la mirada, pero no vio a nadie muy llamativo.

-¿Quién? -inquirió.

-El que está sentado en el suelo, con una botella en la mano -señaló con un dedo y el muchacho se apresuró a bajarlo con una risa, pues aquello era tremendamente maleducado por su parte-. Hace un buen rato que está así.

-¿Y eso qué?

-¡No seas así! -la muchacha le golpeó suavemente el hombro; ninguno dejaba de bailar-. Me parece que está sólo, y como no suelte esa botella...

-Está bien...

A regañadientes, el castaño dejó a la muchacha sola en la pista y se acercó al chico que parecía perdido en la luna. Se puso de cuclillas, frente a él, tratando de llamar su atención.

-Eh, tu -le sonrió al desconocido, que lo miró con la boca abierta como un pez-. ¿Te encuentras bien?

-N-no me encuentro bien -el menor sacudió la cabeza y su flequillo se despeinó sobre su frente.

-Dame eso -Hoseok estiró la mano y el chico le dio la botella, leyó el nombre en la etiqueta y le echó un trago-. ¿Como cuántas de éstas te has bebido?

-Como... -el muchacho contorsionó el rostro-. No me siento bien...

-Tranquilo.

El mayor dejó la botella a un lado, conociendo de antemano los síntomas de la borrachera, y ayudó a pararse al otro que resultó ser un poco más alto que él. 

-Te llevaré afuera para tomar aire, ¿si? ¿Cómo te llamas?

-Taehyung...

-Está bien Taehyung; vamos. ¿Puedes caminar?

-S-sí... -asintió levemente y se dejó arrastrar hasta el porche de la casa.

Mientras Hoseok sentaba al muchacho en el bordillo de la vereda, se preguntaba cómo había llegado a cuidar de un extraño ebrio en una fiesta a la que ni siquiera había sido invitado. Acostumbraba ser arrastrado por Namjoon a este tipo de eventos, pero sus días de drogas ya habían terminado y el alcohol se le hacía mucho más digerible que a éstos adolescentes; por lo que le resultaba terriblemente aburrido. Sin embargo, el ver a ese chico Taehyung tan pálido no pudo menos que recordarse a sí mismo, un par de años atrás, en esa misma situación.

My Sweet Prince [Namjin// Yoonmin// Vhope]©Where stories live. Discover now