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Cuando alguien aporreó la puerta con violencia, a Yoongi se le escapó un terrible improperio entre los dientes. Prácticamente corrió hacia la puerta y entrecerró los ojos, sintiendo con los dedos la navaja dentro del bolsillo de sus vaqueros.

-¡Abre ya, mierda! -exclamó del otro lado, la voz de su peor pesadilla.

El muchacho inspiró hondo un par de veces, hasta recomponer la compostura, y rebuscó rápidamente el celular en su bolsillo para marcar el número de emergencia.

-¿Yoongi? -inquirió la voz preocupada de Hoseok, del otro lado.

-No vuelvas a casa. Y dile a Namjoon que tampoco venga.

-¿¡Y-Yoongi!? 

El peliverde cortó la llamada y se metió el teléfono en el bolsillo trasero.

-¡Ya, ya va! -fingió toda la rudez que sus nervios le permitieron y abrió la puerta de par en par.

Del otro lado, Kan le observaba con los ojos inyectados en sangre y otros tres tipos enormes detrás que... en serio, podrían con Yoongi hasta con los ojos cerrados.

-Hola, muñeca -el maldito sádico le sonrió y se metió en la casa, prendiéndose un cigarrillo entre los labios partidos del frío-. Iba a congelarme ahí afuera, ¿por qué no me abrías?

-Estaba ocupado -Yoongi tragó saliva y le dió una de sus muchas miradas aburridas-. Te he dejado un mensaje, no has...

-¿Crees que estaría hablándote tranquilamente si no hubiera leído tu maldito mensaje? -Kan rió con su voz grave, mostrando sus muchos dientes de oro bajo un bigote penoso que no lograba intimidar ni a una rata-. He sido paciente contigo, pero me parece que últimamente te estás jodiendo mi paciencia.

El peliverde se pasó las manos por el rostro y el cabello, caminando lento detrás de Kan y delante de sus gorilas, hacia su improvisada sala de estar.

-Este hijo de puta no va a pagarme hoy, lo sé -casi se disculpó, haciendo que el otro se girara a mirarlo con una sonrisa en los labios.

-¿No va a pagarte hoy? ¿Hablamos del kilo de cocaína? -chasqueó la lengua-. ¿Así es como te manejas tú, putaza? -Yoongi apretó los puños con fuerza, obligándose a no provocar a Kan, quién enarcó una ceja y se acercó lentamente a él-. ¿Sabes para quién trabajas, acaso?

-Trabajo para ti.

-¿Y sabes quién queda como un jodido imbécil en el mercado por tu culpa? ¡Responde!

-Tu... Tu quedas como un imbécil.

Kan abrió los ojos como platos y le asestó el puño de lleno en la cara, haciéndolo girar sobre sí mismo. El muchacho escupió sangre sobre su parqué, sintiendo el repugnante sabor metálico en toda su boca.

-¿¡Crees que alguien podría tomar la cadena en serio si tu, simplemente, le alargas el plazo de pago a un hijo de puta por un... kilo... de... cocaína!? 

Cuando el matón volvió a acercársele, Yoongi retrocedió instintivamente, provocándole una risa a borbotones que el peliverde solo atinó a odiar con cada centímetro de su cuerpo. 

-¿Cuándo te he dejado así? -inquirió, despacio, escogiendo las palabras correctas para que volviera a golpearlo-. ¿¡Cuándo te he debido dinero!? ¡¡¡Te lo daré, en cuanto lo tenga!!! Sólo necesito un par de... días para...

-¿Para cargarte a ese tipo? -terminó Kan, sacando el cigarrillo de su boca y aplastándolo contra la alfombra que recientemente Hoseok había comprado-. ¿Es eso lo que harás, Suga, cargarte a ese tipo?

My Sweet Prince [Namjin// Yoonmin// Vhope]©Where stories live. Discover now