El mayor le vió prácticamente correr hacia la entrada y suspiró con resignación. Se paró perezosamente de su silla, con la camiseta toda arrugada y pisándose el bordillo de los pantalones, una sonrisita bailoteando en sus labios. Cuando llegó cuando al muchacho le vió algo sonrojado, con la mirada clavada en el suelo, y no supo exáctamente por qué, pero tampoco le preguntó. Abrió la puerta y...

Yoongi, del otro lado, que había estado a dos segundos de meter la llave en la puerta y ahora los miraba con cara de asombro, tenía las mismas pintas que si hubiera ido a bailar toda la noche.

-¿Estás bien? -inquirió Taehyung, tan sorprendido como él mismo, viendo las ropas mal puestas que traía y el cabello totalmente despeinado.

Yoongi le lanzó una mirada tan envenenada al menor que éste se limitó a hacer una reverencia y huír fuera.

-¿Qué hacías con ese? -inquirió el peliverde, empujándolo para meterse dentro de la casa.

-¿Desapareces por días y luego preguntas por mis invitados?

-¿Invitados? Ese niño es amigo de Jimin.

Hoseok se cruzó de brazos y enarcó mucho una ceja. Yoongi apartó la mirada y fue a tirarse en el sofá. Aunque no tuviera unas muy oscuras ojeras bajo los ojos, cualquiera que lo hubiera visto más de dos segundos sabría que a ese muchacho le faltaban horas de sueño.

-Ese niño vino aquí porque estaba preocupado por su amigo, Jimin, que al parecer no se comunicó con él toda la noche; y luego de haberlo visto llorar -Yoongi tomó un almohadón y se lo puso sobre el rostro, pero Hoseok corrió a sentarse sobre su estómago y quitárselo con malicia.

-¡Yah!

-¡Contéstame! ¿Tienes algo que ver? -Hoseok entrecerró los ojos-. Mírame... ¡Yoongi, mírame! -el mayor así lo hizo-. ¿Estás colocado?

-¡Ya suéltame! -Yoongi se removió y Hoseok terminó en el suelo, con cara de pocos amigos.


-Varias horas antes-

-¿Un caramelo? -repitió Jimin, anonadado, tomando el cartoncito entre sus dedos.

Yoongi no supo si ese chico era demasiado estúpido o demasiado inocente, pero de cualquier manera estaba seguro que no era bueno para él ser tan ingenuo. No teniendo un amigo como el peliverde. Aunque para éste último sí que era una buena noticia, así podría divertirse experimentando con el muchachito...

-Ya cómetelo -Yoongi sacó un cartoncito idéntico de la plancha que tenía en un bolsillo y se la puso en la lengua, para luego pegarla al paladar-. Anda, hazlo.

-Esto no es un caramelo, ¿verdad? -Jimin entrecerró los ojos.

¡Un hurra por ti! ¡Muy bien!

-Descúbrelo por ti mismo. Anda -empujó la mano regordeta del menor hacia su boca-. No seas tímido.

El pelirrojo suspiró como si algo le doliera, pero terminó dejándola sobre su lengua. Yoongi sonrió con malicia.

-¿Y cuánto tarda ésto en hacer efecto? -preguntó.

El peliverde comenzó a reírse.


-Se me cae... ¡Hyung! -Jimin se miraba al espejo de pie mientras Yoongi yacía recostado boca arriba sobre su cama, admirando la lámpara que colgaba del techo-. ¡Hyung se me derrite toda la cara! ¡Ahhhh! ¡HYUUUNG!

-¡Ya cálmate, por el amor al cielo! -el peliverde se tapó los ojos porque la luz era demasiado fuerte-. Sal de ahí y ya.

-¡Pero mi cara...! 

My Sweet Prince [Namjin// Yoonmin// Vhope]©Where stories live. Discover now