-Lo sé -respondió el chico lindo-. Namjoon no sería capaz de tener novio; seguro que eres demasiado para él -le guiñó un ojo, y Seokjin casi se derrite.

Casi pudo sentir como si todos se convertían en chibis y Jackson disparaba una flecha que traspasaba a Jin de lado a lado. ¡Qué flechazo! Pero, de repente, se encontró mirándolo tan embobadamente que la única forma que encontró de salir de aquella ensoñación fue darse una fuerte cachetada.

Namjoon lo miró con ojos muy abiertos.

-¿¡Por qué hiciste eso, jodido loco!? -soltó. Seokjin lo miró sin comprender, y luego algo más alterado cuando el pelirosa levantó su barbilla con un dedo para examinar mejor su mejilla enrojecida por el golpe-. No vuelvas a hacer eso, ¿lo entiendes? No me gusta.

Los ojos del mayor pestañearon, confundidos, y luego se dirigieron a un Jackson que había agachado la mirada, algo avergonzado.

Oh no. OH NO.

Manoteó para sacarse al pervertido de encima y retrocedió tanto que se terminó dando la cabeza contra una góndola.

-¡Au!

Un par de paquetes de papas fritas cayeron al suelo, pasando sobre su cabeza, y cuando Seokjin creyó que ya no podía meter más la pata Namjoon pisó una bolsa y resbaló, y en el proceso lo tiró a él también al suelo.

-Oh, rayos -murmuró Namjoon, su voz sonó algo apagada porque Seokjin tenía un codo sobre su cara.

-¡Ah, imbécil! -el mayor se paró rápidamente, rojo de la vergüenza y de la furia, y cuando vió que Jackson no sabía dónde meterse le entraron unas serias ganas de sacar al yeti de allí y darle con los puños en la cara.

Ya estaba. Estaba todo arruinado, todísimo; no sólo había hecho el tonto, sino que Namjoon había aludido a que entre ellos había más que amistad con su acercamiento y luego había soltado una palabrota. Es decir, ¿¡no podía quedar aún peor!? ¿¡Por qué tenía tan mala suerte en cuánto a los muchachos!? ¡¡¡Él también tenía necesidades de hombre, por Dios Santo!!!

Salió de la tienda hecho un manojo de furia y frustración y comenzó a caminar con paso ligero por la avenida. Hacía un frío terrible ese día, nevaba justo en ese momento, y él sólo podía pensar en llegar a casa y ponerse a hornear galletitas para distraerse un rato y no pensar en lo mal que había salido todo. Y es que si sólo hubiese llegado un poco antes, o un poco después... No se habría encontrado con Namjoon, y entonces, a lo mejor, hasta habría conseguido una cita con Jackson. ¡Pero noooo! Tenía que ir el pelirosa y arruinarlo todo. ¿¡Por qué, universo!? ¿¡Por qué no me dejas encontrar a un chico lindo y simpático con el que compartir un par de doramas y quizá un par de besos también!? ¿¡Es tanto pedir!?

-¡Jin! -exclamó una voz grave, aunque juvenil, detrás suyo.

No tuvo que girarse para saber que se trataba del apestoso, ni tampoco tuvo que hacer demasiado esfuerzo en notar que estaba corriendo sobre la vereda congelada y 3... 2...

-¡Ah!

... 1.

Seokjin se giró, hecho un basilisco, y vió a Namjoon de culo en el suelo con cara de no saber qué acababa de pasar. Cuando vió su rostro se paró rápidamente, aunque parecía que le dolía, y se acercó medio rengo.

-Oye, ¿estás bien? -inquirió.

-¿Por qué lo preguntas, eh? ¡Estoy de maravilla! ¿¡No me ves!? -el mayor señaló su propia cara.

Namjoon parpadeó un segundo, con una mano se quitaba la nieve de sus partes traseras.

-Te veo, y sí que estás de maravilla, pero pareces furioso -sonrió divertido, pero borró aquella sonrisa estúpida cuando vió que al otro no le hacía gracia-. Lo siento.

My Sweet Prince [Namjin// Yoonmin// Vhope]©Where stories live. Discover now