El abogado turbio (R#5)

19. Emoción desconocida

Carter

Un nuevo día comienza, entro por los pasillos dirigiéndome a mi oficina, pero antes de entrar me detengo en recepción, miro al hombre estando confundido.

¿Por qué no lo despedí?

Ignoro la razón y lo dejo tranquilo, para luego entrar a mi oficina. Me siento en la silla de mi escritorio y miro la agenda de mi celular. Bajo los números y me detengo en el de la psicóloga.

¿Qué estoy haciendo? Tengo que llamar a un cliente. No tengo ganas, apoyo el celular en la mesa.

No comprendo que me pasa ¿Desde cuando llevo a una chica a mi casa? Debo estar imaginando cosas.

No debe ser nada.

Oigo dos golpecitos en la puerta y doy mi aprobación para que pasen.

―Hola, estaba cerca así que... ―Visualizo a Amelia y no sé por qué pero sonrío de manera muy sincera.

―Adelante, pasa ―digo sintiendo una emoción desconocida en todo mi ser.

―Tanto vernos y al final nunca hablamos del trabajo ―Se ríe para luego sentarse en la silla de en frente del escritorio.

―No hay problema, me encanta verte ―expreso espontáneo olvidando todo lo demás.

Hace una risita nerviosa.

―Ah, ¿sí? ―Sus mejillas se tornan en ese deleitante rojo ―¿Dónde nos quedamos la otra vez? ―Me regala una sonrisa, hermosa y preciosa sonrisa.

―Sí... ¿Dónde nos quedamos? ―Me lo pienso mientras la observo con deseo ―En... que iba a asesorarte ―Me sale una voz seductora ―. Defenderé todos tus derechos, uno por uno.

―Ah sí ―Vuelve hacer una risa encantadora y luego sonríe con confianza ―¿Intentas seducirme, abogado?

―Quizás.

―Las relaciones con clientes no están permitidas ―Juguetea con su cabello entre sus bonitos dedos.

―Me gusta torcer las reglas ―Me río ―pero volvamos a lo que nos compete.

―Sí ―Asiente y continuamos hablando de negocios.

Ciertamente no sé qué me ocurre, pero como nada me importa, lo ignoraré como todo en general.